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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

El DESASTRE DE LOS DESEOS EQUIVOCADOS...



Basado en el Salmo 106:13-15


13 Bien pronto olvidaron sus obras; No esperaron su consejo.

14 Se entregaron a un deseo desordenado en el desierto; Y tentaron a Dios en la soledad.

15 Y él les dio lo que pidieron; Mas envió mortandad sobre ellos.

(revisión RV60)


Este pasaje hace referencia al capítulo 11 de Números y detalla cómo el pueblo de Israel comenzó a orar y quejarse delante de Jehová pidiéndole algo que no estaba dentro de Sus planes darles. Echemos un vistazo:


Números 11:4-6 (el pueblo)

Números 11:18-23 (Jehová)

Números 11:31-33 (las consecuencias)


Me pregunto cuántos de nosotros hemos orado por algo que sabíamos no estaba dentro de la voluntad de Dios para nuestras vidas? Y sin embargo persistimos y "nos olvidamos de Su consejo"; finalmente quizás inclusive torcimos los planes del Señor en nuestro afán de obtener lo deseado. Los norteamericanos tienen un dicho famoso que advierte tener cuidado con lo que pedimos porque se puede hacer una realidad.


Todos queremos recibir lo que deseamos, todos queremos disfrutar de posiciones que nos hagan sentir valiosos e importantes. Y pretendemos que en nuestro mundo de microhondas y celulares, todo se nos dé instantáneamente. PERO...los planes del Señor tienen un minutero distinto. En Sus frecuentes silencios y repetidas esperas hay propósitos para nuestras vidas.


La Biblia está llena de porciones que nos instan a esperar en el tiempo de Dios. Nota que no he dicho esperar el tiempo de Dios, sino "en el tiempo de Dios". Esperar en el tiempo de Dios significa que has aprendido a descansar en Él, a someterte a Su forma de irrumpir en nuestra vida reconociendo Su Soberanía, Su Misericordia...y sobre todo Su Amor Obstinado. He escogido dos porciones para compartirlas contigo:


Salmo 25:5 - "Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día."


Salmo 40:1-3 - "Pacientemente esperé a Jehová, Y se inclinó a mí, y oyó mi clamor. 2 Y me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; Puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos. 3 Puso luego en mi boca cántico nuevo, alabanza a nuestro Dios. Verán esto muchos, y temerán, Y confiarán en Jehová."


DIOS TIENE UN "TIMING" PERFECTO, porque Él sabe cuándo verdaderamente estaremos listos para recibir lo que anhelamos.


Uno de los ejemplos más vívidos acerca de los deseos a destiempo es la historia de Moisés en el Libro de Éxodo. Su historia comienza con sus primeros tres meses de vida en total anonimato y en la oscuridad de un hogar que pretendía protegerlo de la ira de un mal monarca. Pero Dios tenÍa grandes planes para con este hombre, y lo colocó en el lugar adecuado para asistir a su pueblo esclavizado. A diferencia de Esther quien usó su influencia para proteger y beneficiar al pueblo...Moisés sintió el llamado hacia el servicio, pero no esperó a ser preparado por Dios. Así lo vemos apresurando su llamado y la misión a la cual Dios ciertamente lo estaba comisionando. Al asesinar al egipcio, Moisés torció el perfecto plan que El Señor tenía para su vida. Y entonces, como se había adelantado a su tiempo, al tiempo del Señor, no estuvo listo para afrontar las consecuencias de su mala desición. Nuevamente, tomó una avenida sin consultar a Dios, y escapó al desierto. Le tomó al Señor 40 años prepararlo para la comisión a la cual había sido llamado. Me pregunto, ¿Si no se hubiese precipitado, quizás Dios le hubiese dado la gracia ante Faraón para beneficiar a su pueblo? Esto nunca lo sabremos porque Moisés en su afán por alcanzar sus anhelos, tomó decisiones que muy bien pudieron haber alterado el plan perfecto de Dios.


FINALMENTE, Moisés tuvo que regresar al escalón número 1, Egipto, a completar el plan que 40 años antes él había abandonado.


El versículo 15 del Salmo 106 me resulta muy interesante. Dice que Dios en ocasiones nos da lo que pedimos aún cuando no sea lo que Él tenía para nosotros como parte de Su Plan Perfecto. El versículo termina diciendo que juntamente con lo que pedimos sin Su Consejo, viene la consecuencia...MUERTE! La falta de sometimiento a la Soberanía del Padre, la falta de sintonía cuando ni siquiera exploramos Su Perfecta Voluntad, no sólo nos separa de Su Gracia y Cobertura, sino nos introduce a un camino cuyo único derrotero es la Muerte Eterna.


La Próxima vez que anheles algo, busca primeramente la dirección de Aquel que no solamente sabe los recovecos del camino, sino tiene el mapa y la brújula también. Asidos de Su Mano nos aseguraremos de ir por el mejor camino, en dirección de alcanzar los más profundos anhelos de nuestro corazón.

¡SÍ ESPERA EN JEHOVÁ!

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