ILUSTRACIÓN – “La Chatarra de unos es el Tesoro de Otros”
Una ilustración escrita por Ron Mehl nos habla de un hombre llamado Bob, que durante una venta de garaje, vio debajo de mantas y una vieja colcha lo que parecía ser una motocicleta. Este artículo no era parte de los que la familia del hogar estaba vendiendo, pero Bob se acercó al dueño y le preguntó si la motora estaba a la venta. Al examinarla más cerca, Bob se dio cuenta de que la motora, aunque en muy mal estado, era una Harley. Bob le preguntó al dueño si estaba a la venta. El dueño se encogió de hombros y le respondió que su esposa le había dicho que todo estaba para la venta. Sin embargo, le advirtió que la moto nunca había servido. El motor está defectuoso y no giraba bien. El dueño le comentó que quizás Bob querría mejor comprar una motora nueva, antes de gastar todo el dinero que tendría que invertir para hacer que la vieja motora funcionara. Bob asintió con la cabeza pacientemente y le preguntó al dueño cuánto quería por ella; a lo que este último le respondió que en el negocio de chatarra seguramente le darían $35 por el material de la motora. Bob miró el oxidado objeto y pensó en su esposa y lo que diría si la llevaba a casa. Sin embargo, a simple vista aquella pieza parecía tener potencial. Aunque nunca pudiera usarla, la podría lustrar y tenerla como una pieza de conversación. De todas formas, si vendiera las piezas seguramente podría venderlas por mucho más de lo que estaba por invertir. Finalmente, Bob compró la vieja motora y muy pronto la llevó a su garaje. Al cabo de unas semanas, Bob comenzó la tarea de restaurar la motora. Decidió llamar a la Harley Davidson directamente para explorar el costo de algunas de las piezas necesarias para la reparación. Se puso en contacto con alguien de la división de repuestas e hizo algunas preguntas. Finalmente, el individuo que le atendió por teléfono le pidió el número de serie para asistirle mucho mejor a decidir cuáles piezas eran importantes. Cuando Bob le dio el número, el representante lo puso en espera en el teléfono para buscar la información. Después de lo que le pareció a Bob una eternidad, el representante regresó al teléfono…pero esta vez el hombre antes muy hablador, sonaba cohibido, extraño, como si pasara algo. El representante le comunicó a Bob que tendría que llamarlo en otro momento. Entonces le pidió a Bob su nombre completo, dirección y teléfono. Aunque al principio Bob vaciló en darle tanta información, finalmente accedió a facilitarla. Transcurridos un par de días, Bob comenzó a preocuparse… válgame, no debería haber dado su información. ¿Y si la moto es robada? ¿Si había sido usada para cometer un crimen? ¿Y si el dueño anterior era parte de una ganga y venía a reclamar lo suyo? En fin… Bob estuvo esos días muy preocupado por esta situación tan fuera de lo común a que se estaba enfrentando. Finalmente, cuando ya Bob estaba por pensar que nada pasaría, sonó el teléfono. Esta vez era un ejecutivo de la Harley Davidson quien le llamaba. El hombre parecía extremadamente amistoso, haciendo que Bob se sintiera inquieto. Escuche Bob, dijo el hombre, yo quisiera que usted haga algo por mí. Quiero que deje el teléfono, no cuelgue, sino que vaya donde tiene la motora, levante el asiento y verifique si hay algo escrito debajo. Ante tal misterio, Bob sentía que le faltaba el aire. Sin embargo, con la ayuda de un destornillador levantó el asiento de la Harley y vio que estaba escrito “EL REY”. Después de dictarle al ejecutivo de la Harley lo que decía la parte de adentro del asiento, hubo un largo silencio. Finalmente, el hombre le dijo a Bob que su jefe le había autorizado a darle $300,000 por la moto. El dinero le sería dado inmediatamente. Bob quedó petrificado y le dijo al individuo que tenía que pensarlo. Al colgar el teléfono Bob se deslizó hasta sentarse en el piso. Al día siguiente Bob recibió otra llamada. Esta vez era de Jay Leno, un famosísimo presentador de la televisión americana. Leno le explico que sentía algo especial por las “Harleys” y estaba dispuesto a darle $500,000 por la que él tenía en su garaje.
Resulta que el número de serie de la moto había revelado que “EL REY” no era otro que el famosísimo Elvis Presley. La vieja y oxidada moto por la cual Bob había pagado $35 había pertenecido al Rey del Rock and Roll y por lo menos valía medio millón de dólares. Bob, al igual que el anterior dueño de la moto, no habían reconocido su verdadero valor. Claro, el valor de la misma no radicaba en el metal, o sus partes. De hecho, la motora ni siquiera funcionaba. Su valor radicaba en que había pertenecido a Elvis Presley.
Cuando meditamos acerca de nuestro valor como seres humanos, no pensemos en que radica en nuestro apellido familiar, ni en nuestra profesión, o estado financiero. Tampoco tiene que ver con lo que podamos contribuir a nuestra sociedad o al mundo. Nuestro valor radica en Quién es nuestro dueño, Aquel que nos compró a precio de Su Sangre Bendita…
¡EL ES NUESTRO DUEÑO PORQUE NADIE DISCUTE CON EL ÚNICO Y VERDADERO REY!
A veces pienso que en ocasiones no somos capaces de acercarnos al Señor, no porque no creamos en Él, sino porque creemos que no somos merecedores de que tan siquiera sepa que estamos vivos. La historia de la vieja motora Harley nos recuerda que nuestro valor no radica en quiénes somos, ni en las cualidades que podamos tener como individuos. Nuestro valor radica en a Quién pertenecemos.
El material del cual había sido hecha la motora, y la falta de cuidados pudiera haber parecido a simple vista que no tenía valor alguno… como mucho, $35. Sin embargo, cuando se descubrió quién la había montado, quién había sido su dueño, cobró un valor inestimable. Así es nuestra vida cuando le pedimos al Señor que tome posesión.
LA BIBLIA NOS HABLA DE PERSONAS QUE TUVIERON ESA MISMA PERCEPCIÓN DE SÍ MISMOS –
Tomemos por ejemplo el caso de Moisés:
Éxodo 3:11-12 Nueva Traducción Viviente
11 Pero Moisés protestó: —¿Quién soy yo para presentarme ante el faraón? ¿Quién soy yo para sacar de Egipto al pueblo de Israel? 12 Dios contestó: —Yo estaré contigo. Y esta es la señal para ti de que yo soy quien te envía: cuando hayas sacado de Egipto al pueblo, adorarán a Dios en este mismo monte.
Éxodo 4:10-12 Nueva Traducción Viviente
10 Pero Moisés rogó al Señor: —Oh Señor, no tengo facilidad de palabra; nunca la tuve, ni siquiera ahora que tú me has hablado. Se me traba la lengua y se me enredan las palabras. 11 Entonces el Señor le preguntó: —¿Quién forma la boca de una persona? ¿Quién decide que una persona hable o no hable, que oiga o no oiga, que vea o no vea? ¿Acaso no soy yo, el Señor? 12 ¡Ahora ve! Yo estaré contigo cuando hables y te enseñaré lo que debes decir.
Moisés, como alguno de nosotros, se sentía totalmente inadecuado y sin valor para la tarea y el llamado que Dios le estaba haciendo. Al escuchar lo que El Señor le estaba comisionando, Moisés sintió que la encomienda estaba más allá de sus fuerzas y/o su capacidad.
HOY QUEREMOS DARLE ATENCIÓN AL VALOR QUE EL SEÑOR NOS HA DADO A CADA UNO Y DEL PLAN QUE ESPERA PODAMOS REALIZAR CUANDO APRENDAMOS A CREERLE A ÉL.
¿POR QUÉ SABEMOS QUE TENEMOS VALOR PARA DIOS?
SOMOS HECHOS A SU IMAGEN –
Génesis 1:26 Nueva Traducción Viviente
26 Entonces Dios dijo: «Hagamos a los seres humanos a nuestra imagen, para que sean como nosotros. Ellos reinarán sobre los peces del mar, las aves del cielo, los animales domésticos, todos los animales salvajes de la tierra y los animales pequeños que corren por el suelo».
Dios nos creó con el poder de tomar decisiones, de amar, de aprender de nuestros errores. Somos los únicos dentro de la creación que ni siquiera funcionamos por instintos. Y además de esto, nos dio la responsabilidad y el privilegio de administrar Su creación.
ESTÁ PENDIENTE DE NOSOTROS DESDE NUESTRA CONCEPCIÓN -
Salmos 139:13 Nueva Traducción Viviente
13 Tú creaste las delicadas partes internas de mi cuerpo y me entretejiste en el vientre de mi madre.
Salmos 139:16 Reina-Valera 1960
16 Mi embrión vieron tus ojos, Y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas Que fueron luego formadas, Sin faltar una de ellas.
Cuando todavía nadie sabía que TÚ EXISTÍAS, ya El Señor estaba pendiente de ti. Sólo un Padre amoroso tiene el interés y la preocupación de ser parte de la vida de su hijo desde el primer segundo de su vida.
SUPLE NUESTRAS NECESIDADES -
Mateo 6:25-26 Nueva Versión Internacional
25 »Por eso les digo: No se preocupen por su vida, qué comerán o beberán; ni por su cuerpo, cómo se vestirán. ¿No tiene la vida más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa? 26 Fíjense en las aves del cielo: no siembran ni cosechan ni almacenan en graneros; sin embargo, el Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes mucho más que ellas?
Filipenses 4:19 Reina-Valera 1960
19 Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús.
El Señor está comprometido con suplir nuestras necesidades. Él cuida de Su propiedad.
MURIÓ POR NOSOTROS -
Mateo 13:45-46 Reina-Valera 1960
45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas, 46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.
PARA ADQUIRIRNOS, EL SEÑOR ENTREGÓ LO MÁS PRECIADO… SU ÚNICO HIJO - ¡ASÍ DE VALIOSOS SOMOS PARA ÉL!
Juan 3:16 Reina-Valera 1960
16 Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
¿HABRÁ UNA DEMOSTRACIÓN DE AMOR MÁS GRANDE QUE ESTA?
SOMOS HECHOS HIJOS SUYOS
Romanos 8:15-16 Nueva Traducción Viviente
15 Y ustedes no han recibido un espíritu que los esclavice al miedo. En cambio, recibieron el Espíritu de Dios cuando él los adoptó como sus propios hijos. Ahora lo llamamos «Abba, Padre». 16 Pues su Espíritu se une a nuestro espíritu para confirmar que somos hijos de Dios.
Juan 1:12-13 Nueva Traducción Viviente
12 pero a todos los que creyeron en él y lo recibieron, les dio el derecho de llegar a ser hijos de Dios. 13 Ellos nacen de nuevo, no mediante un nacimiento físico como resultado de la pasión o de la iniciativa humana, sino por medio de un nacimiento que proviene de Dios.
CRISTO MURIÓ PARA DARLE PASO A NUESTRA HERENCIA COMO HIJOS DE DIOS. ÉL DESEA QUE TODOS PUEDAN FORMAR PARATE DE LA FAMILIA DE DIOS.
¿Y QUÉ ESPERA EL SEÑOR DE NOSOTROS, SUS HIJOS? -
Que le reconozcamos como Dios Todopoderoso y afirmemos que no hay nadie como Él.
Que le reconozcamos como El Señor de nuestra vida y rindamos nuestra voluntad a Él.
Que aceptemos que existen cosas en nuestra vida que tienen que ser cambiadas para acercarnos más a ser como Jesús, nuestro modelo.
Que no tengamos miedo al futuro, sino que aprendamos a descansar en Sus Promesas, sabiendo que Él es suficiente para cuidarnos y protegernos.
Que seamos obedientes a Su llamado y aceptemos los retos que Él nos presenta cada día.
Que nos volquemos hacia el servicio a Dios y a nuestros semejantes.
Que nos entreguemos completamente a Él, reconociendo que nadie nunca nos ha amado, nos ama ni nos amará como él.
REFERENCIAS
Más Historias en Aguas Refrescantes, La Chatarra de uno…Compilado por Alice Gray, Editorial Unilit, Miami, FL, 1999.
Comments