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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

"UNA MUJER ESPECIAL"...


Basado en Jueces 13 y 14


Jueces 13:1-24 Nueva Traducción Viviente

Nacimiento de Sansón

13 Una vez más, los israelitas hicieron lo malo a los ojos del Señor, así que el Señor los entregó en manos de los filisteos, quienes los oprimieron durante cuarenta años. 2 En esos días, vivía en la ciudad de Zora un hombre llamado Manoa, de la tribu de Dan. Su esposa no podía quedar embarazada, y no tenían hijos. 3 Entonces el ángel del Señor se le apareció a la esposa de Manoa y le dijo: «Aunque no has podido tener hijos, pronto quedarás embarazada y darás a luz un hijo varón. 4 Así que ten cuidado; no debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica ni comer ninguno de los alimentos prohibidos. 5 Quedarás embarazada y darás a luz un hijo, a quien jamás se le debe cortar el cabello. Pues él será consagrado a Dios como nazareo desde su nacimiento. Él comenzará a rescatar a Israel de manos de los filisteos». 6 La mujer corrió a decirle a su esposo: «¡Se me apareció un hombre de Dios! Tenía el aspecto de uno de los ángeles de Dios, daba miedo verlo. No le pregunté de dónde era, y no me dijo su nombre. 7 Pero me dijo: “Quedarás embarazada y darás a luz un hijo. No debes beber vino ni ninguna otra bebida alcohólica, ni comer ninguno de los alimentos prohibidos. Pues tu hijo será consagrado a Dios como nazareo desde el día de su nacimiento hasta el día de su muerte”». 8 Entonces Manoa oró al Señor diciendo: «Señor, te pido que el hombre de Dios vuelva a nosotros y nos dé más instrucciones acerca del hijo que nacerá».


9 Dios respondió a la oración de Manoa, y el ángel de Dios se le apareció otra vez a la esposa mientras estaba sentada en el campo; pero Manoa, su esposo, no estaba con ella. 10 Así que, enseguida ella fue corriendo a contarle a su esposo: «¡El hombre que se me apareció el otro día está aquí de nuevo!». 11 Manoa regresó corriendo con su esposa y preguntó:


—¿Eres el hombre que le habló a mi esposa el otro día? —Sí—contestó él—, soy yo. 12 Entonces Manoa le preguntó: —Cuando tus palabras se hagan realidad, ¿qué reglas deben gobernar la vida y el trabajo del muchacho? 13 El ángel del Señor le contestó: —Asegúrate de que tu esposa siga las instrucciones que le di. 14 No debe comer uvas ni pasas ni beber vino u otra bebida alcohólica, ni comer ningún alimento prohibido. 15 Entonces Manoa le dijo al ángel del Señor: —Por favor, quédate aquí hasta que preparemos un cabrito para que comas. 16 —Me quedaré—le contestó el ángel del Señor—, pero no comeré nada. En cambio, puedes preparar una ofrenda quemada como sacrificio al Señor. (Manoa no se daba cuenta de que era el ángel del Señor). 17 Entonces Manoa le preguntó al ángel del Señor: —¿Cómo te llamas? Pues queremos honrarte cuando todo esto se haga realidad. 18 —¿Para qué preguntas mi nombre?—contestó el ángel del Señor—. Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas. 19 Después Manoa tomó un cabrito y una ofrenda de grano, y ofreció todo sobre una piedra como sacrificio al Señor. Y mientras Manoa y su esposa observaban, el Señor hizo algo asombroso: 20 cuando las llamas del altar se elevaron hacia el cielo, el ángel del Señor ascendió en medio del fuego. Al verlo, Manoa y su esposa se postraron rostro en tierra. 21 El ángel no volvió a aparecerse a Manoa y a su esposa. Entonces Manoa finalmente se dio cuenta de que era el ángel del Señor, 22 y le dijo a su esposa: —¡Seguramente moriremos, porque hemos visto a Dios! 23 Pero su esposa dijo: —Si el Señor hubiera querido matarnos, no habría aceptado nuestra ofrenda quemada ni nuestra ofrenda de grano. No se nos hubiera aparecido, ni habría dicho algo tan maravilloso, ni hecho estos milagros. 24 Así que cuando nació su hijo, ella lo llamó Sansón. Y el Señor lo bendijo, y el niño creció.


ALGO DE ESTA MUJER –


En verdad muy poco sabemos de esta mujer. No sabemos su nombre, su edad ni sus circunstancias. La Palabra sólo nos dice que estaba casada con un señor que se llamaba MANOA. Este hombre era de la tribu de Dan. Su nombre significa “descanso/tranquilidad”. Vivía en Zora, la moderna Sar’a, a unos 32 kilometros al oeste de Jerusalén.


Sabemos que la esposa de Manoa era estéril y no tenía hijos. Es decir, que había sido estéril toda su vida. ¡Cuánto me impacta esta historia! He aquí a una persona que era tan insignificante que ni siquiera se registra su nombre. Esto para la mayoría de nosotros sería inaceptable. Mira que por lo regular queremos siempre estar en un lugar prominente. Nadie quiere ser el número 2. PERO QUÉ INFINITAMENTE MARAVILLOSO DIOS que no necesita tu nombre para reconocerte…para identificarte y para obrar a favor tuyo.


El Ángel de Jehová se le apareció a esta mujer. Fíjate que no se le apareció a su esposo, Manoa. Te recuerdo que, en los tiempos antiguos, y todavía en muchos países del mundo, las mujeres y los hijos son propiedad de los esposos. PERO a Dios no le importa nada la estructura social de nuestros pueblos… Él no es machista ni tiene prejuicios como algunos alegan. A hombre y a mujer los creó; y el hombre y la mujer por igual estaban en su mente y en su corazón cuando pendía de la Cruz del Calvario. Así que El Señor envía Su Ángel para darle la noticia a la mujer de que, contra todo pronóstico, ella iba a ser mamá. En la antigüedad y todavía en algunos países del mundo, la mujer que no tiene hijos se enfrenta con los prejuicios de toda la sociedad. Lo primero es que cargan con el estigma de la infertilidad cuando sabemos que no siempre es la mujer la que es infértil. Lo segundo era que en proporción a su capacidad de tener hijos estaba la estima y el valor para su esposo y familiares. Lo curioso es que, a diferencia de Ana, la madre de Samuel, no hay evidencia de que esta mujer hubiese clamado por tener un hijo. Esto me hace reflexionar en que posiblemente el dolor de su vergüenza lo llevara escondido en su alma y corazón. ¡PERO HASTA ALLÍ LLEGA EL PODER DE NUESTRO SEÑOR! Su amor y misericordia nos alcanza hasta el más recóndito lugar de nuestro corazón y nuestra mente. Allí alcanzó El Señor a esta mujer.


Y COMO ES COSTUMBRE DEL SEÑOR… El Ángel le dictó instrucciones a la mujer que afectarían el nacimiento de uno que sería llamado “nazareo” … el inolvidable Sansón.


Déjame hablar un poquito acerca de la aparición del Ángel de Jehová. Muchos estudiosos opinan que el término se refiere a las apariciones especiales que pudo haber hecho Jesús antes de su nacimiento terrenal. Recordemos lo que nos dice Juan en su evangelio:


” En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios” (Juan 1:1).


¡Jesús siempre ha existido!


La Biblia registra otras visitaciones de Jesús tales como:

  • Génesis 16:7 – El Ángel se le aparece a Agar en el desierto.

  • Génesis 22:11-12 – El Ángel se le aparece a Abraham y evita que sacrifique a su hijo.

  • Génesis 31:11-13 - El Ángel se le aparece a Jacob en un sueño para ordenarle que dejara a su suegro, Labán y regresara a su tierra.

  • Éxodo 3:2 – Se le apareció a Moisés en la zarza ardiente.

  • Éxodo 14:19 – Se le apareció al pueblo de Israel en el desierto.

  • Y otros eventos más…

El relato bíblico nos dice que la mujer recibió el mensaje del Ángel y sus advertencias para cuidar al que un día salvaría a Israel de los filisteos. Manoa no le creyó y en su lugar ora para que nuevamente El Ángel sea enviado a ellos. La dinámica que se da cuando El Ángel regresa es maravillosa. Primero… El Ángel se le aparece nuevamente a la mujer y ésta va en busca de su esposo. El Ángel básicamente repite las instrucciones y al preguntársele su nombre dice:

Jueces 13:17-18 Nueva Traducción Viviente

17 Entonces Manoa le preguntó al ángel del Señor: —¿Cómo te llamas? Pues queremos honrarte cuando todo esto se haga realidad. 18 —¿Para qué preguntas mi nombre?—contestó el ángel del Señor—. Es demasiado maravilloso para que tú lo comprendas.


De acuerdo al Comentario Bíblico Beacon, este término que, en la versión de la Reina Valera del 1960 se menciona como “ADMIRABLE”; también puede traducirse como incomprensible, maravilloso, secreto, y misterioso. El Ángel no acepta comer con ellos, pero los insta a adorar a Dios mediante un holocausto. Durante el sacrificio El Ángel desapareció entre las llamas del holocausto. Sólo entonces Manoa creyó que habían tenido un encuentro divino. Más adelante en el relato, esta mujer nuevamente se persona como alguien maduro y especial. Su esposo quedó preocupado con el evento creyendo que su impacto debía significar que iban a morir. En verdad, uno pensaría… pero ¡qué cabezón es este hombre! No creyó a su esposa cuando le contó que un “Un Ángel de Dios” le había visitado y le había dado instrucciones para guardar su embarazo y criar al niño que nacería. Le pide al Señor una oportunidad para ver lo que su esposa había aceptado de forma natural. Se asombra de que El Ángel regrese al cielo en medio del holocausto y ahora cree que todo esto lo único que va a traer es la muerte por haber sido testigos de tan maravilloso evento. ¿No se parece a nosotros? Tan cabezones que nos pasamos la vida pidiendo una señal… la recibimos y queremos confirmación…la recibimos y aún así nos asaltan las dudas.


AHORA… Imagínate la bendición de esta mujer de haber tenido un encuentro con El Ángel de Jehová. No te parece increíble el cuidado de Dios al revelarse a alguien aparentemente tan insignificante. Y es que El Señor no valora a la gente como el mundo lo hace. El mundo asigna valor a las personas en función de su estatus económico, el poder o influencia que tienen en la sociedad y/o la autoridad que poseen. ¿Te has fijado en los llamados “influencers”? Gente que persigue la fama y el reconocimiento para su propio provecho. Así mujeres como las “Kardashians” han hecho fortuna y fama mostrándole al mundo sus cuerpos moldeados de forma artificial y sus escándalos inmorales. Pues déjame recordarte que El Señor anda buscando gente que le adore “en espíritu y en verdad”. Poco le vale tu cuerpo, tu fortuna y tus roces sociales. Dios miró el corazón de esta mujer y se conmovió. Y la escogió para ser la madre de uno de los jueces más destacados. ¡Qué maravilloso es llegar a comprender que nosotros valemos, no por lo que tengamos, sino por quiénes somos! No hay nada que podamos darle a nuestro Dios que pueda acercarse al agradecimiento que sentimos por Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. No hay nada que podamos poseer que Él anhele, excepto nuestro amor, nuestra fidelidad y nuestra obediencia.

ALGO QUE DEBEMOS DESTACAR es que sin saberlo con seguridad, Manoa y su esposa albergaron en su hogar al Ángel del Señor. Mira lo que nos dice La Palabra:


Hebreos 13:2 Reina-Valera 1960

2 No os olvidéis de la hospitalidad, porque por ella algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles.

¡Ciertamente algo para meditar!


PERO ESTA MUJER, recibió la mayor noticia que podía esperar. Aceptó obedientemente todas las instrucciones del cielo y finalmente, vio cumplido su anhelo mientras aceptaba su importantísimo rol en la vida de uno que había sido llamado desde su vientre. No le importó no ser ella la protagonista de este evento. Sino que aceptó la voluntad de un Padre Eterno que nos llama a ser parte de un rompecabezas mucho más grande… la Salvación de la Humanidad. NO QUIERAS SER EL PROTAGONISTA EN TODO, acepta con alegría agradar al Señor y formar parte del plan que Él tiene para la eternidad. En esa medida, podemos decir que esta…¡DEFINITIVAMENTE FUE UNA MUJER MUY ESPECIAL!



REFERENCIAS –

1. Comentario Bíblico Beacon, Chester O. Muler, et al:, Casa Nazarena de Publicaciones, 1990.

2. Mathew Henry’s Commentary, Hendrickson Publishers, 2017.

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