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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

SANTOS...SI QUEREMOS VER AL SEÑOR


El concepto de lo que es santo o sagrado, puede variar de cultura en cultura. Por ejemplo, cuando Jehová comenzó a revelarse al pueblo, no podía hablarles del concepto de santidad sin traerles confusión. Resulta que para el pueblo cananeo, lo santo, como el uso de las prostitutas en el templo, era abominacion a Jehova. Así que Dios tuvo que enseñarles a los israelitas lo que para Él era santo y sagrado. Para los escritores del Nuevo Testamento, encontrar una palabra que describiera La Esencia de la Santidad de Dios también fue un problema. Ya que los términos conocidos en el Viejo Testamento todos se relacionaban con dioses falsos. Ni siquiera pudieron utilizar ningún término de la literatura griega clásica por este mismo problema. Así que los escritores de la Septuaginta tomaron la palabra "santo" que era el término menos conocido y corrompido para tratar de expresar el carácter único de la Santidad de Jehová. Aunque parecería un problema de semántica, la realidad es que El Señor es más que claro cuando nos habla de Su Carácter de Santidad y el requisito de que para verle, tengamos que adoptarla en nuestra vida.


LA SANTIDAD en su esencia más completa sólo le pertenece a DIOS.

Isaías 6:1-3 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

6 En el año que murió el rey Uzías vi yo al Señor sentado sobre un trono alto y sublime, y sus faldas llenaban el templo. 2 Por encima de él había serafines; cada uno tenía seis alas; con dos cubrían sus rostros, con dos cubrían sus pies, y con dos volaban. 3 Y el uno al otro daba voces, diciendo: Santo, santo, santo, Jehová de los ejércitos; toda la tierra está llena de su gloria.


La Santidad entonces es la esencia del carácter de Dios. Es la brillantez máxima de la bondad del Dios Viviente. Nuestra comprensión de la santidad de Dios no se determina por nuestros conceptos y lenguaje. ÉL sólo es SANTO EN SÍ MISMO. TODA LA SANTIDAD TIENE SU ORIGEN EN ÉL.


El término Santificación aparece 8 veces en el Nuevo Testamento (Traducción Reina Valera 1960); santificar aparece 2 veces y santo aparece 217 veces. En el Antiguo Testamento no aparece la palabra o concepto "Santificación". Pero santificar aparece 34 veces y santo aparece 235 veces.


EN EL VIEJO TESTAMENTO -

Éxodo 3:5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es.


El lugar era santo porque Dios estaba allí. La santidad está íntimamente relacionada con Su Presencia. En el Antiguo Testamento encontramos muchas cosas y personas que fueron llamadas santas; tales como el templo, la tierra, Jerusalén, los instrumentos usados para el servicio a Dios y los sacrificios dedicados a Jehová. Tal santidad proviene de la asociación con la Presencia de Dios y es una santidad impartida por Dios. Donde está Él, Su Presencia santifica o juzga. Sin Su Presencia, todo es profano. En ese sentido, santificación significa separado, consagrado, purificado y liberado del pecado. Es separarse de lo profano e impuro para dedicarse a Dios.


LA VOLUNTAD DE DIOS -

La voluntad de Dios para la vida del cristiano es que se desarrolle una comunión perfecta. Que Su voluntad tome el lugar de nuestra voluntad. "Que no viva yo, sino que Cristo viva en mi". Ese querer hacer y ser lo que Él quiera que hagamos o seamos sólo puede ocurrir cuando el Espíritu Santo ocupa y se sienta en el trono de nuestra vida. Es un sometimiento y consagración completa. Esta entrega completa precede a la santificación o como muchos le han llamado ENTERA SANTIFICACIÓN, LLENURA DEL ESPÍRITU, y/o SEGUNDA OBRA DE GRACIA.


Levítico 19:1-2 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

19 Habló Jehová a Moisés, diciendo: 2 Habla a toda la congregación de los hijos de Israel, y diles: Santos seréis, porque santo soy yo Jehová vuestro Dios.


Levítico 20:7-8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

7 Santificaos, pues, y sed santos, porque yo Jehová soy vuestro Dios. 8 Y guardad mis estatutos, y ponedlos por obra. Yo Jehová que os santifico.


Levítico 20:26 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

26 Habéis, pues, de serme santos, porque yo Jehová soy santo, y os he apartado de los pueblos para que seáis míos.


1 Tesalonicenses 4:3-7 Nueva Versión Internacional (NVI)

3 La voluntad de Dios es que sean santificados; que se aparten de la inmoralidad sexual; 4 que cada uno aprenda a controlar su propio cuerpo de una manera santa y honrosa, 5 sin dejarse llevar por los malos deseos como hacen los paganos, que no conocen a Dios; 6 y que nadie perjudique a su hermano ni se aproveche de él en este asunto. El Señor castiga todo esto, como ya les hemos dicho y advertido. 7 Dios no nos llamó a la impureza, sino a la santidad;


LA SANTIDAD EN EL CRISTIANO -

En el caso de nosotros, los cristianos, la Santidad proviene del sacrificio de Jesús en el Calvario.


Hebreos 13:12 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

12 Por lo cual también Jesús, para santificar al pueblo mediante su propia sangre, padeció fuera de la puerta.


Hebreos 12:14 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

14 Seguid la paz con todos, y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.


LA CONDICIÓN ESENCIAL PARA LA ENTERA SANTIFICACIÓN ES LA FE. Una fe cuyo prerrequisito es un acto de consagración o auto entrega que sólo pueden hacer los verdaderos cristianos.


¿QUÉ ES LO QUE VERDADERAMENTE OCURRE? -

Ezequiel 36:26-27 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

26 Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. 27 Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra.


O como dice Jeremías en el capítulo 31:31-34

Jeremías 31:31-34 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

31 He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá. 32 No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová. 33 Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo. 34 Y no enseñará más ninguno a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce a Jehová; porque todos me conocerán, desde el más pequeño de ellos hasta el más grande, dice Jehová; porque perdonaré la maldad de ellos, y no me acordaré más de su pecado.


LA SANTIFICACIÓN NO ES TAN SÓLO UNA REFORMA MORAL DE NUESTRO CARÁCTER...Es la obra del Espíritu Santo en nuestras vidas cambiando nuestra naturaleza humana hasta hacerla más y más semejante a Cristo Jesús. Comienza en el momento de la conversión, pero se perfecciona el resto de nuestra vida.


¿CUÁNDO OCURRE?

Hechos 1:4-5 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

4 Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oísteis de mí. 5 Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días.


Hechos 1:8 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

8 pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.


Aprendemos de la Escritura que cuando creemos en Él y le aceptamos como nuestro único Salvador, somos sellados con el Espíritu Santo. ¡Ahora somos su propiedad!

Efesios 1:13 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

13 En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,


Efesios 4:30 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.


Sin embargo, vemos en la experiencia del Aposento Alto que los discípulos, aún cuando conocían y convivieron con el Maestro, necesitaron un nuevo toque para recibir el poder necesario para la obra que habían sido comisionados a realizar. Sin la experiencia de recibir el Espíritu Santo, hubiesen sido sólo personas con buena intención y amor por el Señor. El Espíritu Santo los convirtió en verdaderos testigos. Vemos algo similar en Hechos 8:12-17:


12 Pero cuando creyeron a Felipe, que anunciaba el evangelio del reino de Dios y el nombre de Jesucristo, se bautizaban hombres y mujeres. 13 También creyó Simón mismo, y habiéndose bautizado, estaba siempre con Felipe; y viendo las señales y grandes milagros que se hacían, estaba atónito. 14 Cuando los apóstoles que estaban en Jerusalén oyeron que Samaria había recibido la palabra de Dios, enviaron allá a Pedro y a Juan; 15 los cuales, habiendo venido, oraron por ellos para que recibiesen el Espíritu Santo; 16 porque aún no había descendido sobre ninguno de ellos, sino que solamente habían sido bautizados en el nombre de Jesús. 17 Entonces les imponían las manos, y recibían el Espíritu Santo.


Hechos 10:44-46 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

44 Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. 45 Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. 46 Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios.


En el primer incidente, los apóstoles impusieron sus manos, en el segundo, no hubo necesidad de ello. En el segundo incidente hubo manifestación de lenguas, no así en el primero. Nuestro Dios no es un Dios de fórmulas. Tengamos mucho cuidado en establecer con rigidez la forma y momento en que se recibe esta segunda Obra de Gracia. Lo que está clarísimo es que nosotros no somos estáticos y que estaremos en crecimiento hasta que El venga por nosotros o nosotros vayamos a Él. La Santidad entonces no es una fórmula, sino la decisión de entregar y consagrar completamente nuestra vida a El.


Juan 7:37-39 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. 38 El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. 39 Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.


Jesús había prometido que enviaría a un Consolador que permanecería con nosotros:

Juan 14:15-17 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

15 Si me amáis, guardad mis mandamientos. 16 Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: 17 el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.


Jesús el Hijo regresaba a casa, pero no sin antes hacer arreglos para que El Espíritu Santo viniera a quedarse con los creyentes hasta el fin del mundo. Ahora, nosotros no tenemos que encontrarnos con el Señor en algun lugar especifico, a partir de la venida del Espíritu Santo, El mora en nuestro interior.


Juan 16:5-15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

5 Pero ahora voy al que me envió; y ninguno de vosotros me pregunta: ¿A dónde vas?

6 Antes, porque os he dicho estas cosas, tristeza ha llenado vuestro corazón. 7 Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. 8 Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio. 9 De pecado, por cuanto no creen en mí; 10 de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más; 11 y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado. 12 Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar. 13 Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. 14 El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. 15 Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.


La Entera Santificación entonces ocurre después de la regeneración. Obra por el bautismo del Espíritu Santo y requiere una experiencia continua de limpieza en nuestro corazón. La Santificación es vivir en la Presencia Real y permanente del Espíritu Santo El cual le da al creyente el poder necesario para vivir una vida santa y de servicio. Después del día de Pentecostés los apóstoles y seguidores de Jesús fueron investidos de un tremendo Poder que era necesario para cumplir con la misión que El Señor les encomendó de esparcir el Evangelio por todo el mundo.


La perfección que se nos requiere entonces, no es perfección de carácter, emociones, física o mental. Dios no nos exige perfección en áreas que son imposibles de perfeccionar mientras vivamos en un cuerpo imperfecto. La perfección que El Señor espera de nosotros, sus hijos, es en nuestra relación con Él. De forma tal que cuando pecamos, el Espíritu Santo nos conmueve y nos empuja a pedirle perdón a Dios y a enmendar las consecuencias de nuestra acción pecaminosa. PERO, Si nos dejamos llevar por Su Espíritu, SIEMPRE estaremos en una perfecta relación con Él.



REFERENCIAS:

La Santa Biblia, Reina Varela 1960

Diccionario Teológico Beacon, 1995



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