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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

LAS SIETE PALABRAS DE JESÚS EN LA CRUZ...



A) ESTE ES EL ESCENARIO -

Mateo 27:27-50 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 27 Entonces los soldados del gobernador llevaron a Jesús al pretorio, y reunieron alrededor de él a toda la compañía; 28 y desnudándole, le echaron encima un manto de escarlata, 29 y pusieron sobre su cabeza una corona tejida de espinas, y una caña en su mano derecha; e hincando la rodilla delante de él, le escarnecían, diciendo: !!Salve, Rey de los judíos! 30 Y escupiéndole, tomaban la caña y le golpeaban en la cabeza. 31 Después de haberle escarnecido, le quitaron el manto, le pusieron sus vestidos, y le llevaron para crucificarle. 32 Cuando salían, hallaron a un hombre de Cirene que se llamaba Simón; a éste obligaron a que llevase la cruz. 33 Y cuando llegaron a un lugar llamado Gólgota, que significa: Lugar de la Calavera, 34 le dieron a beber vinagre mezclado con hiel; pero después de haberlo probado, no quiso beberlo. 35 Cuando le hubieron crucificado, repartieron entre sí sus vestidos, echando suertes, para que se cumpliese lo dicho por el profeta: Partieron entre sí mis vestidos, y sobre mi ropa echaron suertes. 36 Y sentados le guardaban allí. 37 Y pusieron sobre su cabeza su causa escrita: ESTE ES JESÚS, EL REY DE LOS JUDÍOS. 38 Entonces crucificaron con él a dos ladrones, uno a la derecha, y otro a la izquierda. 39 Y los que pasaban le injuriaban, meneando la cabeza, 40 y diciendo: Tú que derribas el templo, y en tres días lo reedificas, sálvate a ti mismo; si eres Hijo de Dios, desciende de la cruz. 41 De esta manera también los principales sacerdotes, escarneciéndole con los escribas y los fariseos y los ancianos, decían: 42 A otros salvó, a sí mismo no se puede salvar; si es el Rey de Israel, descienda ahora de la cruz, y creeremos en él. 43 Confió en Dios; líbrele ahora si le quiere; porque ha dicho: Soy Hijo de Dios. 44 Lo mismo le injuriaban también los ladrones que estaban crucificados con él. 45 Y desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? 47 Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste. 48 Y al instante, corriendo uno de ellos, tomó una esponja, y la empapó de vinagre, y poniéndola en una caña, le dio a beber. 49 Pero los otros decían: Deja, veamos si viene Elías a librarle. 50 Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu.


B) ¿QUÉ SON LAS SIETE PALABRAS?


Las últimas palabras antes de morir de cualquier persona son importantes. Desafortunadamente no siempre tenemos la bendición de que las mismas sean recogidas o recordadas. Pero, como Dios es PERFECTO, las últimas palabras de Jesús Su Hijo, y nuestro Señor y Salvador, han quedado registradas en Su Palabra para que nosotros no solamente las recordemos, sino que seamos transformados por ellas. Estas siete afirmaciones de Jesús en la Cruz del Calvario fueron registradas por los cuatro evangelistas:

1) Lucas describe tres palabras del Maestro de Nazareth, las dos primeras y también la última. La intención del tercer evangelista es resaltar LA MISERICORDIA DEL MESÍAS.

Lucas 23: 34 - “Padre Perdónalos” Lucas 23:43 – “Estarás conmigo en el Paraíso” Lucas 23:46 – “Padre…en Tus manos encomiendo mi espíritu”.

2) Mateo y Marcos describen la cuarta afirmación o palabra de Jesús en la cruz recordando parte del Salmo 22. Jesús se adentra en una conversación íntima que expresa total confianza en El Padre. Mateo 27:46; Marcos 15:34 – “Dios mío… ¿por qué me has desamparado?

3) En Juan encontramos la quinta y la sexta palabra de Jesús en la Cruz: Juan 19:28 – “Tengo sed” Juan 19:30 – “Consumado es”

La tradición ha dictado el orden de estas siete palabras, pero ciertamente su orden cronológico es desconocido. C) PRIMERA PALABRA - LA PALABRA DE PERDÓN

LUCAS 23:34 - DIOS HABLA HOY (DHH) 34 JESÚS DIJO: «PADRE, PERDÓNALOS, PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN.» Y LOS SOLDADOS ECHARON SUERTES PARA REPARTIRSE ENTRE SÍ LA ROPA DE JESÚS. Según la narración del Evangelista Lucas, esta es la primera Palabra pronunciada por Jesús en la Cruz. El Maestro se encontraba sumergido en un mar de insultos, de burlas y de blasfemias. Se burlan las personas que pasan por el camino, los jefes de los judíos, uno de los ladrones que había sido crucificado con Él, y también los soldados. Parecería que el mundo entero se ha puesto de acuerdo para mofarse del Salvador, del Mesías prometido, de Aquel que sólo vino a hacer el bien. Colgado de una cruz, la muerte separada para los más viles, sin ropa y bajo las burlas de todos, excepto por un ínfimo grupo que permanece un tanto a la distancia, a Jesús se le niega morir con un poco de dignidad. Y, sin embargo, El Cordero de Dios les perdona y pide que El Padre también lo haga. Jesús en Su amor y Misericordia entiende que éstos que provocan Su sufrimiento en realidad no saben lo que están haciendo. Esa expresión compasiva incluye aquellos que lo han empujado hasta allí, un Judas que le ha vendido, un Pedro que ya lo había negado. Pidió perdón para aquellos que lo celebraron en domingo con un Hosanna y hoy pedían que fuera crucificado. No solamente eso, Jesús, colgado desde la Cruz del Calvario, pide perdón por todos los que vendríamos a través de los siglos. Nosotros, los indolentes que con nuestras acciones también nos burlamos de Su amor. Nosotros, que somos los que deberíamos haber ido a la cruz por nuestros pecados y fuimos liberados mediante la condena que Jesús se autoimpuso. “PADRE, PERDÓNALES, PORQUE NO SABEN…”

D) SEGUNDA PALABRA - LA PALABRA DE ESPERANZA


Juan 19:17-18 - Traducción en lenguaje actual (TLA) 17 Jesús salió de allí cargando su propia cruz, y fue al lugar llamado Gólgota, que en hebreo significa «Lugar de la Calavera». 18 Allí clavaron a Jesús en la cruz. También crucificaron a otros dos hombres, uno a cada lado de Jesús. Lucas 23:39-43 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 39 Y uno de los malhechores que estaban colgados le injuriaba, diciendo: Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros. 40 Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo: ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación? 41 Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. 42 Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. 43 ENTONCES JESÚS LE DIJO: DE CIERTO TE DIGO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO. Las Escrituras describen la escena en donde tres cruces se yerguen sobre el Monte Gólgota. En adición a Jesús, dos hombres fueron colgados en sus respectivas cruces. Uno a la derecha y otro a la izquierda. La Biblia los describe como dos malhechores. Uno, movido por los gritos sin misericordia de la muchedumbre, increpa al Maestro…diciendo: “¿No eres Tú el Cristo? ¡Sálvate a ti mismo y sálvanos a nosotros!” Era un hombre obviamente desesperado que en sus últimas horas de vida recordaría con rabia todo lo que había vivido y a todos los seguramente culparía por llevarlo allí. El otro hombre, el otro malhechor reacciona de forma distinta. Reconoce que su castigo, aunque cruel es justo. A la vez, reconoce que Jesús no merece estar allí. Lo ve lleno de paz en medio de esta tragedia y lo escucha perdonar a los que le causan tal dolor. Nunca ha conocido alguien igual… Entonces, a diferencia del otro hombre que se consume en su rabia, éste reconoce que el que está a su lado es capaz de otorgarle esa misma paz. Es un rey, es El REY. “Por favor acuérdate de mí cuando hayas regresado a tu reino”. La sangre de los tres se mezclaría en la tierra alrededor de las cruces, pero mientras uno moría para traernos libertad de la muerte, el segundo moría con la rabia de quien no es capaz de reconocer LA VIDA que se encontraba a su lado, y el tercero muere con la seguridad de quien sabe en quien ha creído. Me hace pensar en aquellos que buscan a su alrededor recibir consuelo y nunca se detienen ante El que espera ser reconocido como Salvador y Señor. Y entonces, Jesús, que no había hablado cuando el otro malhechor le injuriaba, volvió la cabeza para decirle al hombre que lo había reconocido como Rey, “TE ASEGURO QUE HOY ESTARÁS CONMIGO EN EL PARAÍSO”.

E) TERCERA PALABRA - LA PALABRA DE PROVISIÓN


Juan 19:25-27 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 25 Estaban junto a la cruz de Jesús su madre, y la hermana de su madre, María mujer de Cleofas, y María Magdalena. 26 Cuando vio Jesús a su madre, y al discípulo a quien él amaba, que estaba presente, dijo a su madre: MUJER, HE AHÍ TU HIJO. 27 Después dijo al discípulo: HE AHÍ TU MADRE. Y desde aquella hora el discípulo la recibió en su casa. En vez de pensar en sí mismo, Jesús cumple con su obligación de hijo y procura convocar al discípulo amado para que cuide de su madre. Probablemente era viuda y aparentemente no tenía nadie que velara por ella. Vemos como el atender los asuntos del reino no impidió que El Señor fuera responsable con su propia familia. Amar a Dios significa amar a nuestro prójimo y servirle en la medida en que nos sea posible. Esta escena también nos recuerda que El Señor tiene cuidado de nuestras necesidades tal y como nos dice en:


Mateo 6:26 (RVR1960) 26 Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas? ¡ÉL ES EL GRAN PROVEEDOR!


F) CUARTA PALABRA - LA PALABRA DE DESOLACIÓN

Según la interpretación tradicional, Jesús estaría recitando el Salmo 22, que empieza precisamente con estas palabras: Salmos 22:1, 18 Y 24 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 22 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? ¿Por qué estás tan lejos de mi salvación, y de las palabras de mi clamor? 18 Repartieron entre sí mis vestidos, Y sobre mi ropa echaron suertes. 24 Porque no menospreció ni abominó la aflicción del afligido, Ni de él escondió su rostro; Sino que cuando clamó a él, le oyó. Mateo 27:46 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 46 Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: ELÍ, ELÍ, ¿LAMA SABACTANI? ESTO ES: DIOS MÍO, DIOS MÍO, ¿POR QUÉ ME HAS DESAMPARADO? Son casi las tres de la tarde en el Monte Calvario y Jesús lucha para hacer llegar un poco de aire a sus pulmones. En la antigüedad, la persona que era crucificada finalmente moría por asfixia pues la posición de los brazos dificultaba la respiración. A estas alturas, la deshidratación por el sudor, la falta de agua y la pérdida de sangre por sus heridas, tiene que haber resultado en una debilidad espantosa; habrá sido bien difícil mantener los ojos abiertos y enfocarse en lo que estaba ocurriendo. Cuando Jesús clama por El Padre es cuando Mateo describe en el versículo 45, que “desde la hora sexta (3 pm) hubo tinieblas sobre la tierra hasta la hora novena (6 pm). La mayoría de los teólogos coinciden en que este fue el momento en que todos los pecados de la humanidad caían sobre el Señor, y que por unos segundos se erigió un gran cisma entre Él y El Padre. El Padre, que es LUZ no puede habitar donde hay PECADO U OSCURIDAD. De hecho, esto es lo que aparece en el Salmo 22:1 – “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado?” PERO ¿abandonó Dios a su Hijo realmente? Absolutamente NO. En este momento, Jesús se ha hecho pecado para traer reconciliación. Creo que, aunque Él tuvo que haberse sentido totalmente abandonado y que, por unos segundos, ese pecado lo separara del Padre, Éste jamás le abandonó. De hecho, Jesús se había sometido completamente al plan de Salvación del Padre tal como dice en: 2 Corintios 5:19 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 19 que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Sin embargo, este sacrificio que hizo Jesús de estar temporeramente separado del Padre, quizás el peor momento en Su crucifixión, nos recuerda el inmenso amor que nos ha tenido. Increíble hasta donde se sometió para podernos reconciliar con Dios. También nosotros a veces nos enfrentamos a situaciones tan dolorosas y difíciles que sentimos que Dios nos ha desamparado. De hecho, muchos de nosotros hemos experimentado largos períodos de silencio por parte de Dios, que podemos haber interpretado como abandono, falta de interés o indiferencia ante nuestro dolor. Pero hemos aprendido que, aún en medio del silencio Dios se revela a nosotros. Por tanto, no desmayes cuando te sientas solo recuerda que DIOS SIEMPRE VA A ESTAR…

G) QUINTA PALABRA - LA PALABRA DE NECESIDAD FÍSICA

Juan 19:28 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 28 Después de esto, sabiendo Jesús que ya todo estaba consumado, dijo, para que la Escritura se cumpliese: TENGO SED. Ya he mencionado que uno de los más terribles tormentos de los crucificados era la sed. Los crucificados sufrían de deshidratación debido al sudor y la pérdida de sangre. Jesús no fue la excepción. Jesús Dios estaba aún atado a su cuerpo mortal. Por tanto, el pedir agua demostraría su humanidad, a la vez que recordaría una de las profecías en: Salmos 69:21 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 21 Me pusieron además hiel por comida, Y en mi sed me dieron a beber vinagre. Jesús se sometió a esta sed física para que tú y yo pudiéramos beber del agua de la vida:

Juan 4:9-10 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 9 La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides a mí de beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí. 10 Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. Apocalipsis 7:17 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 17 porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos. Apocalipsis 21:6 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 6 Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida. Apocalipsis 22:17 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 17 Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.

H) SEXTA PALABRA - LA PALABRA DE VICTORIA

Juan 19:30 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 30 Cuando Jesús hubo tomado el vinagre, dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, entregó el espíritu. Estas palabras manifiestan la satisfacción del Mesías al acabar victoriosamente Su misión, Su plan, Su sacrificio. Venció…Vino a este mundo para salvarlo, vino para hacer cumplir la voluntad del Padre, y había triunfado. Antes de Jesucristo, Dios se había revelado a la humanidad como Creador. Dios Todopoderoso. Pero Jesús nos mostró lo que todavía no habíamos captado… SU INFINITO AMOR.


I) SÉPTIMA PALABRA - LA PALABRA DE CONFIANZA


Lucas 23:44-48 - Reina-Valera 1960 (RVR1960) 44 Cuando era como la hora sexta, hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. 45 Y el sol se oscureció, y el velo del templo se rasgó por la mitad. 46 Entonces Jesús, clamando a gran voz, dijo: PADRE, EN TUS MANOS ENCOMIENDO MI ESPÍRITU. Y habiendo dicho esto, expiró. 47 Cuando el centurión vio lo que había acontecido, dio gloria a Dios, diciendo: Verdaderamente este hombre era justo. 48 Y toda la multitud de los que estaban presentes en este espectáculo, viendo lo que había acontecido, se volvían golpeándose el pecho. Jesús entregaba Su vida…Completaba el Plan Perfecto para salvar la humanidad. Recordemos que Él se entregó a sí mismo: Juan 10:17-18 Reina-Valera 1960 (RVR1960) 17 Por eso me ama el Padre, porque yo pongo mi vida, para volverla a tomar. 18 Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar. Este mandamiento recibí de mi Padre. Nació de mujer, creció y finalmente murió como había sido profetizado. Sin quejarse, sin decir nada porque lo hizo por Su Voluntad, lo hizo por AMOR. En estos últimos segundos de su vida aquí en la tierra, se abandona totalmente al Padre y se deja ir. Nosotros también estamos llamados a descansar en total confianza en los brazos de nuestro Señor y Salvador. En medio de las ansiedades que podamos experimentar en esta vida, tenemos que recordar que Jesús abrió el camino para que podamos esperar CON ESPERANZA pues viviremos eternamente con Aquel quien nos amó hasta la muerte y muerte en cruz. El Salvador se entregó para que nosotros podamos vivir la eternidad libres de la atadura de la muerte. Esa muerte que entró al mundo a raíz del pecado original y que fue vencida en la Cruz del Calvario. Jesús fue el cordero escogido desde la eternidad: 1 Pedro 1:18-20 - Traducción en lenguaje actual (TLA) 18 Porque Dios los libró de ese modo de vida, que es poco provechoso, y que ustedes aprendieron de sus antepasados. Y bien saben ustedes que, para liberarlos, Dios no pagó con oro y plata, que son cosas que no duran; 19 al contrario, pagó con la sangre preciosa de Cristo. Cuando Cristo murió en la cruz, fue ofrecido como sacrificio, como un cordero sin ningún defecto. 20 Esto es algo que Dios había decidido hacer desde antes de crear el mundo, y Cristo apareció en estos últimos tiempos para bien de ustedes. Jesús fue el cordero mudo que se dejó llevar al matadero: Isaías 53:7 - Traducción en lenguaje actual (TLA) 7 »Fue maltratado y humillado, pero nunca se quejó. Se quedó completamente callado, como las ovejas cuando les cortan la lana; y como cordero llevado al matadero, ni siquiera abrió su boca. Jesús fue el cordero inmolado: Apocalipsis 5:11-12 - Traducción en lenguaje actual (TLA) 11 Luego oí el murmullo de muchos ángeles. Eran millones y millones de ángeles que rodeaban el trono, a los cuatro seres vivientes y a los veinticuatro ancianos. 12 Y decían con fuerte voz: «El Cordero que fue sacrificado, merece recibir el poder y la riqueza, la sabiduría y la fuerza, el honor y la alabanza.» Jesús fue el cordero de Dios que quita el pecado: Juan 1:29 - Traducción en lenguaje actual (TLA) 29 Al día siguiente, Juan vio que Jesús se acercaba. Entonces le dijo a toda la gente: «¡Aquí viene el Cordero de Dios[a] que quita el pecado de la gente del mundo! Por medio de él, Dios les perdonará a ustedes todos sus pecados. JESÚS NOS COMPRÓ EL REGALO DE LA VIDA ETERNA CON LA SANGRE VERTIDA EN EL CALVARIO. SUS ÚLTIMAS PALABRAS NOS RECUERDAN SU MISERICORDIA, SU PERDÓN, SU PROVISIÓN Y, SOBRE TODO, EL TRIUNFO SOBRE LA MALDICIÓN DE LA MUERTE Y LA ESPERANZA DE LA VIDA ETERNA.

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