(Basado en Números 1 y 2)
Números 2:2 Reina-Valera 1960
2 Los hijos de Israel acamparán cada uno junto a su bandera, bajo las enseñas de las casas de sus padres; alrededor del tabernáculo de reunión acamparán.
Nuestro Dios, es un Dios de ORDEN. Muchos de los mandamientos y normas que aparecen en el Antiguo Testamento, servían para regular la vida, las relaciones, la salud y las finanzas del pueblo de Israel. Por ejemplo, la nación de Israel estaba organizada en tribus por varias razones:
Era un medio eficaz de administrar y gobernar un grupo tan grande. En Números 1:46, la Biblia registra 603,550 hombres de 20 años en adelante, excluyendo la tribu de los levitas. Si sumamos las mujeres y los niños, que tampoco fueron considerados en este censo ordenado por Dios (Números 1:1-3), la población total de Israel debía ser más de 2 millones de personas.
Hacía más fácil la división de la tierra prometida. Era parte de su cultura y herencia, ya que la gente no era conocida por su apellido, sino por su familia, clan y tribu.
Se podía llevar un registro de genealogías más fácilmente, ya que las genealogías eran la única forma de demostrar que uno era un miembro legítimo del pueblo de Dios.
Los viajes eran más ordenados y el movimiento más eficiente, ya que todas las personas conocían el estandarte o bandera de su tribu, y de esta forma permanecían juntos evitando perderse.
Era significativo para la distribución de las tribus que el Tabernáculo de reunión estuviera situado en el centro. DE ESTA FORMA, el pueblo de Dios no olvidaría que El Señor estaba en medio de Su pueblo.
Los capítulos 1 y 2 de Números nos hablan de un censo ordenado por El Señor. De esta forma Dios comenzó a proveer orden a este “molote” de gente. Los agrupó por familias, por tribus, por campamentos y finalmente, por banderas.
DIOS TUVO MUCHO CUIDADO EN PROVEER unas instrucciones específicas inclusive acerca del movimiento de las tribus y la localización de sus respectivos campamentos. El capítulo 2 de Números menciona el lugar específico de cada tribu en relación al tabernáculo.
Como ya mencionamos, en el centro del campamento general descansaba el tabernáculo de reunión. A su alrededor se ubicaban las diferentes tribus. Dios también se encargó de regular la forma específica de moverse.
Cada grupo tenía una bandera o estandarte que lo distinguían. De esta forma se aseguraban de que el pueblo se moviera de forma ordenada.
DEFINICIÓN DE BANDERA – Cargaba un valor emotivo importante. La palabra bandera hace referencia, no sólo a un objeto físico hecho normalmente de tela, sino también a un sentimiento que trasciende lo concreto y que tiene por objetivo unir personas con algo en común. La bandera es una de las insignias principales y más importantes de un país o región del planeta. En el caso de las banderas que se mencionan en Números, en realidad no tenemos una descripción de cómo se veían. Sin embargo, la tradición judía atribuye un león a Judá, una cabeza humana a Rubén, un buey a Efraín y un águila a Dan. Más adelante abundaremos en estas. Por lo pronto queremos resaltar lo que de forma general hacen las banderas en nuestra vida.
LAS BANDERAS:
· Nos inspiran
· Nos recuerdan que pertenecemos
· Representan un ideal a un grupo o nación.
Las banderas que se mencionan en la Biblia también nos inspiran, nos recuerdan que pertenecemos a la familia de Dios y finalmente, representan nuestra nación celestial.
Para saber el camino y evitar cualquier confusión, los hijos de Israel, tenían que saber quiénes eran, y a qué tribu pertenecían. Lo mismo nos ocurre a nosotros. Necesitamos saber quiénes somos en relación a Cristo Jesús. Tenemos que tener claro que Dios es nuestro Señor y Dueño; y que somos Su propiedad. Finalmente, tenemos que aceptar que, si somos sus hijos, pertenecemos a la misma familia de Dios.
VOLVAMOS A LAS BANDERAS –
Los eventos en los capítulos 1 y 2 de Números, ocurren exactamente un año y un mes después de la salida del pueblo de Egipto. Las instrucciones que con tanto cuidado da El Señor, anteceden al movimiento del pueblo hacia la tierra prometida. Me pregunto ¿qué experimentaría la gente durante este primer año en que se quedaron para ser moldeados, entrenados y conformados en pueblo? Dios frecuentemente utiliza los procesos en nuestra vida para lograr Sus propósitos. A veces creemos estar estancados en nuestro caminar y también nos preguntamos, qué hacemos a la vera del camino cuando ya querríamos avanzar. Estos capítulos una vez más nos hablan de un Dios que, aunque aparentemente en silencio, sigue trabajando en nosotros y en nuestras circunstancias para que estemos listos a avanzar y conquistar la tierra nueva que nos ha prometido.
Las huestes de Israel fueron divididas por Jehová en 4 campamentos. Cada tribu tenía su propia bandera (DEGEL) y cada familia su propia insignia (OTH).
En el campamento las 12 tribus estaban dispuestas de manera que había tres tribus a cada uno de sus lados, y una de las tres tribus le daba el nombre a aquel lado del campamento.
De forma tal, la bandera de Judá recibe el nombre del campamento del mismo nombre y se encontraba al ESTE (este grupo constaba de las tribus de Juda, Isacar y Zabulón). El campamento de Rubén se encontraba al SUR (este constaba de las tribus de Rubén, Simeón y Gad). El campamento que llevaba el nombre de la tribu de Efraín, se encontraba al OESTE (constaba de Efraín, Manasés y Benjamín); y finalmente el campamento de Dan se encontraba al NORTE (constaba de Dan, Aser y Neftalí).
Como ya comentamos, las Escrituras no especifican ni la forma ni el carácter de las banderas, ni de las insignias. A continuación, describimos como aparecen en la tradición rabínica:
JUDÁ – se asemejaba a un LEÓN.
Génesis 49:9 Reina-Valera 1960
9 Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío. Se encorvó, se echó como león, Así como león viejo: ¿quién lo despertará?
RUBÉN – La imagen de un hombre o la cabeza de un hombre.
EFRAÍN – La figura de un buey.
Deuteronomio 33:17 Reina-Valera 1960
17 Como el primogénito de su toro es su gloria, Y sus astas como astas de búfalo; Con ellas acorneará a los pueblos juntos hasta los fines de la tierra; Ellos son los diez millares de Efraín, Y ellos son los millares de Manasés.
DAN – La figura del águila.
El orden en que debían marchar las tribus cuando se movía la columna de nube fue también establecido por el Señor. Interesantemente, el orden no era por el orden de nacimiento, ni por fuerza numérica. El Señor es MARAVILLOSO y la forma de llegar a nuestra vida es tan clara… Vamos a ver que en el orden de movimiento Dios revela las prioridades en nuestra vida.
JUDÁ – quien iba en el 1er lugar, era el 4to hijo de Jacob. Su nombre significa “Aquel que es alabado o alabanza a Dios”
Génesis 29:35 Reina-Valera 1960
35 Concibió otra vez, y dio a luz un hijo, y dijo: Esta vez alabaré a Jehová; por esto llamó su nombre Judá; y dejó de dar a luz.
ASÍ QUE, LA PRIORIDAD NÚMERO UNO DEL SEÑOR ES QUE LA ALABANZA DIRIJA AL PUEBLO. La alabanza es quizás la primera señal de un alma verdaderamente agradecida y en sintonía con Dios. Antes que nada, tenemos que levantar la bandera de la alabanza a Dios.
RUBÉN – En hebreo, “He ahí al hijo, mirad al hijo”. Rubén trató de salvarle la vida a su hermano José para no afectar a su padre.
Génesis 37:21-22 Reina-Valera 1960
21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos. 22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.
DESPUÉS DE LA ALABANZA, TENEMOS QUE LEVANTAR LA BANDERA DEL TESTIMONIO. COMO HIJOS DE DIOS TENEMOS QUE VIVIR BAJO EL SOMETIMIENTO DE SU PALABRA Y LA COBERTURA DE SU AMOR. Este amor obstinado y perfecto tiene un efecto en la forma en que vemos al mundo y reaccionamos a las demandas de nuestra vida diaria.
LA BANDERA DE LAS TRIBUS BAJO RUBÉN SIGNIFICABA VER AL HIJO… En nuestros días, ¿DÓNDE PODEMOS VER AL HIJO?... ¡Ciertamente en nosotros!
EFRAÍN – “Doblemente fructífero; el que da frutos”.
Dar frutos, tiene que ver primeramente con la visión de la eternidad que tengamos. Dar prioridad a lo que trae vida, a lo que es permanente. Dar frutos, significa honrar al Señor en todo…y mirar al mundo a través de Sus Ojos. ¿Cuántos de nosotros hemos tenido la experiencia de haberle presentado el plan de salvación a alguien? ¿Cuántos tenemos hijos espirituales quienes han llegado a los pies del Maestro a través de nuestras oraciones, enseñanzas, apoyo y perseverancia? Estamos comprometidos a tocar nuestro mundo con nuestro testimonio de vida y dar frutos a ciento por uno.
LOS PASTORES PAREN PASTORES Y LAS OVEJAS PAREN OVEJAS.
DAN – “Dios es mi juez, Dios juzgará, El que sabe juzgar, Juzgó”.
Aquel que juzga está en autoridad. Sin embargo, este privilegio aparece al final en el orden establecido por El Señor para movilizar a Su pueblo.
Números 2:31 Reina-Valera 1960
31 Todos los contados en el campamento de Dan, ciento cincuenta y siete mil seiscientos, irán los últimos tras sus banderas.
Mateo 7:1-3 Nueva Traducción Viviente
7 »No juzguen a los demás, y no serán juzgados. 2 Pues serán tratados de la misma forma en que traten a los demás. El criterio que usen para juzgar a otros es el criterio con el que se les juzgará a ustedes. 3 »¿Y por qué te preocupas por la astilla en el ojo de tu amigo,[c] cuando tú tienes un tronco en el tuyo?
CONCLUSIÓN –
El libro de Números nos recuerda la trayectoria del pueblo de Dios y su capacitación para poseer las promesas que El Señor les había hecho siglos antes.
Dios es un Dios de orden. La improvisación en nuestras vidas y en la iglesia debe ser mínima o ninguna. Para esto está la oración y la guía del Espíritu Santo.
La organización del campamento del pueblo de Dios establecía que el Tabernáculo de Reunión, que era la representación de la Presencia del Altísimo, ocupaba el centro de todo.
El estudio de las banderas nos insta a saber quiénes somos, y a quién pertenecemos.
Somos parte de algo más grande que nuestras familias, iglesia, y/o país. Somos parte de la Familia del Señor.
Es Dios mismo Él que nos planta donde podemos dar frutos y al mismo tiempo ser alimentados.
Todos tenemos una posición dentro del campamento. No tiene que ver con nuestros deseos necesariamente, sino con nuestra obediencia al Gran Yo Soy.
Todos somos distintos, en la diversidad es que encontramos la riqueza y el crecimiento. Sin embargo, cuando la nube se movía, TODOS…desde sus propias tribus, familias y banderas, se movían hacia el mismo destino.
La fórmula establecida en Números nos habla de la importancia de la alabanza, el testimonio y los frutos de nuestra vida.
Si hay algo claro, es que el juzgar a otros solamente estará permitido bajo la Bandera de la Misericordia de Dios y la dirección de Su Espíritu dentro de experiencias específicas y no en relación a nuestra pequeña y egoísta visión humana.
REFERENCIAS –
2- Comentario Biblico Beacon, George Herbert Livingston et.al., Casa Nazarena de Publicaciones, 1984
3- Comentario Bíblico de William MacDonald, Editorial Clie, 2004