LA RAĆZ DE AMARGURAā¦UN ENEMIGO SILENTE
- Liliana MƩndez Ebra
- 27 sept 2022
- 7 Min. de lectura

Hace sólo unos dĆas, uno de mis lectores me preguntó acerca de āla raĆz de amarguraā y si Ć©sta podrĆa contaminar a aquel que rodea a la persona que la experimenta. Me pareció un tema fascinante y este estudio pretende dar un poco de luz acerca del tema.
EncontrĆ© que el tĆ©rmino "raĆz de amargura" lo encontramos solamente en dos ocasiones. Una en el Viejo Testamento y otro en el Nuevo.
Mira lo que dice La Palabra en el Antiguo Testamento:
Deuteronomio 29:18-19 Nueva Traducción Viviente
18 Hago este pacto contigo, para que nadieāhombre o mujer, clan o tribuāse aparte del SeƱor nuestro Dios para rendir culto a esos dioses de otras naciones, Y PARA QUE NINGUNA RAĆZ PRODUZCA FRUTOS AMARGOS Y VENENOSOS EN MEDIO DE TI. 19 Ā»Los que oyen las advertencias de esta maldición no deberĆan confiarse demasiado y pensar: āEstoy a salvo, a pesar de que sigo los deseos de mi corazón tercoā. Ā”Eso los llevarĆa a la ruina total!
El capĆtulo 29 y parte del 30 de Deuteronomio nos recuerda que el pueblo habĆa quebrantado el pacto que Dios habĆa hecho con ellos en el Monte SinaĆ. MoisĆ©s entonces llama al pueblo ante JehovĆ” para ratificar el pacto contenido en el libro de Deuteronomio, que se renovarĆa en los campos de Moab antes de entrar a la tierra prometida.
Al pueblo le habĆa faltado entendimiento para reconocer a Dios y Sus cuidados durante los 40 aƱos en el desierto. Su incredulidad y su desobediencia continua habĆan impedido ver y aceptar la Voluntad del Padre al reclamarlos como Su pueblo. Ahora MoisĆ©s se toma un tiempo recordĆ”ndoles al pueblo todos los cuidados y milagros hechos por Dios que incluĆan la huida de Egipto, los milagros de alimentación en el desierto y las victorias obtenidas sobre los pueblos que habĆan ocupado la tierra que ahora se les habĆa otorgado.
Por otro lado, tambiĆ©n MoisĆ©s les recordó que romper el pacto les traerĆa un castigo amargo. Resaltó algunas de las formas en que el pacto se quebrantarĆa y cómo afectarĆa al ofensor y a todo el pueblo en general.
MoisĆ©s les advierte acerca de irse en pos de otros dioses, algo que ya habĆa pasado anteriormente y utiliza esta advertencia para explicar cómo dentro del pueblo podrĆa infiltrarse āuna raĆz que produzca frutos amargos y venenososā. Termina el versĆculo 19 mencionando que los que han permitido que esta āplantita de amarguraā sea sembrada en sus corazones, por lo regular no se percatan del daƱo que Ć©sta les hace a ellos y a los que les rodean.
Podemos entonces inferir que la raĆz de amargura es una condición que afecta nuestra relación con El Todopoderoso y quebranta nuestro pacto con Ćl. Como cualquier planta⦠cada dĆa crece y se fortalece, ensanchĆ”ndose sus raĆces hasta lograr nublar nuestro entendimiento.
Finalmente, al parecer no siempre la persona afectada se da cuenta del daƱo que le produce ni como afecta a las personas que les rodean.
ĀæPERO QUĆ ES UNA RAĆZ DE AMARGURA?
La amargura proviene de una palabra que significa punzar. Su raĆz hebrea agrega la idea de algo pesado y la griega revela el concepto de algo fuerte. La amargura, es entonces, algo fuerte y pesado que punza hasta lo mĆ”s profundo del corazón.
Nadie puede con facilidad reconocer que estĆ” amargado. Sino que la palabra āraĆz de amarguraā nos da la idea de algo profundo y oculto. PodrĆamos definirlo como sentimientos que tenemos en nuestro inconsciente que no los podemos percibir, pero que estĆ”n afectando nuestra vida de forma consciente.
La amargura no tiene lugar automĆ”ticamente, sino que brota en nuestro corazón cuando permitimos que los desacuerdos crezcan hasta volverse resentimiento, o tambiĆ©n, cuando alimentamos rencores por heridas pasadas. No importa si la ofensa fue intencional o no, si tĆŗ no solucionas la situación con Dios, ahĆ comenzarĆ” a germinar las raĆces de amargura.
Cuando la amargura entra, no vienen sola. Los mejores amigos de la amargura son: la autocompasión, el enojo, el resentimiento, el rencor, los deseos de venganza, la calumnia y la paranoia. (Personas que se hacen videos negativos en su cabeza.)
Dentro de las consecuencias de la amargura encontramos que:
La amargura contamina a otros.
La amargura hace que perdamos toda perspectiva y visión de la vida.
La amargura trae enfermedades. Depresión, problemas en los huesos, insomnio, son algunas de ellas.
La amargura mata el amor.
Y finalmente, la amargura hace que dejemos de vivir por la GRACIA de Dios, Vs 15. Es entonces cuando la vida cristiana se vuelve una imposición, una carga pesada. Ya no servimos al Señor por nuestra voluntad sino como parte un legalismo y la religiosidad que mÔs sirve para impresionar a otros que para agradar a Dios.
MIRA LO QUE DICE EL NUEVO TESTAMENTOā¦
Hebreos 12:15 Nueva Traducción Viviente
15 CuĆdense unos a otros, para que ninguno de ustedes deje de recibir la gracia de Dios. Tengan cuidado de que no brote ninguna raĆz venenosa de amargura, la cual los trastorne a ustedes y envenene a muchos.
CUIDENSE, la Reina Valera del 60 dice MIRAD BIEN. Es decir, que en cuanto a nuestra relación con Dios y para poder disfrutar de SU GRACIA, tenemos que estar todos en ALERTA. No podemos asumir que ninguno de nosotros estamos exentos de caer en lo que el autor de Hebreos quiere compartir. De hecho, cuidarnos los unos a los otros, velar unos por otros, animarnos unos a otros⦠todo esto nos ha sido encomendado anteriormente.
AquĆ el autor de Hebreos va mĆ”s allĆ” y nos dice que la raĆz de amargura impide que recibamos LA GRACIA DE DIOS. La Gracia de Dios no se recibe por dos razones bĆ”sicas: primeramente, que la persona no haya tenido un verdadero encuentro con El Salvador o que habiĆ©ndole conocido no se haya mantenido dentro de la Voluntad de Dios y/o no tenga una relación personal con Ćl.
ConocĆ a una dama que hacĆa muchĆsimos aƱos pertenecĆa a la iglesia. ParecĆa cristiana, hablaba como cristiana, pero nunca habĆa tenido un verdadero encuentro con El SeƱor. En una ocasión ella me pidió que la acompaƱara al altar y allĆ ella finalmente hizo profesión de fe. Y es que en ocasiones en medio nuestro hay gente que se acomoda a nuestra forma de hablar, de comportarnos y pasan por hijos de Dios cuando en realidad, para ser parte de la familia de Dios, hace falta ser lavado en Su Sangre y reconocerle como El Ćŗnico y bendito Salvador.
El hecho es que la raĆz de amargura afecta nuestra relación con Dios y con las personas a nuestro alrededor. FĆjate querido lector, que el autor de Hebreos califica la raĆz de amargura como venenosa, que afecta (trastorna) a quienes la padecen y amagan con envenenar a muchos.
Un creyente crĆtico y desagradable en una iglesia, puede provocar mĆ”s problemas de los que uno podrĆa imaginar, asĆ como una manzana podrida en una canasta echa a perder a todas las demĆ”s.
Mientras meditaba en este tema, recordĆ© la historia del pueblo de Israel cuando pasando el Mar Rojo se toparon con un lugar en el desierto donde habiendo agua, no la podĆan ingerir porque eran muy amarga. Ćxodo 15:22-27 nos relata que el pueblo estaba sediento y a la vista, parecĆa que habĆan llegado a un atractivo oasis.
Ćxodo 15:22-27 Nueva Traducción Viviente
22 Entonces MoisĆ©s guio al pueblo de Israel lejos del mar Rojo, y se internaron en el desierto de Shur. Viajaron por este desierto durante tres dĆas sin encontrar agua. 23 Cuando llegaron al oasis de Mara, no pudieron beber el agua porque era demasiado amarga. Por eso llamaron al lugar Mara (que significa Ā«amargaĀ»). 24 Entonces la gente se quejó y se puso en contra de MoisĆ©s. «¿QuĆ© vamos a beber?Ā», reclamaron. 25 AsĆ que MoisĆ©s clamó al SeƱor por ayuda, y Ć©l le mostró un trozo de madera. MoisĆ©s echó la madera al agua, y el agua se volvió potable. Fue allĆ, en Mara, donde el SeƱor estableció el siguiente decreto como una norma para probar la fidelidad del pueblo. 26 Les dijo: Ā«Si ustedes escuchan atentamente la voz del SeƱor su Dios y hacen lo que es correcto ante sus ojos, obedeciendo sus mandatos y cumpliendo todos sus decretos, entonces no les enviarĆ© ninguna de las enfermedades que enviĆ© a los egipcios; porque yo soy el SeƱor, quien los sanaĀ». 27 DespuĆ©s de salir de Mara, los israelitas viajaron hasta el oasis de Elim, donde encontraron doce manantiales y setenta palmeras. Y acamparon allĆ, junto a las aguas.
Sin embargo, aunque parecĆa deliciosa y que podĆa calmar su sed, resultó que era intomable⦠amarga. Cuando permitimos que alguna frustración, molestia, coraje, celos y envidias hagan nido, penetren, irrumpan en nuestro corazón y nuestra mente, estamos en riesgo de que se convierta en un Ć”rbol con fuertes raĆces de amargura. La persona que la experimenta poco puede hacer para ser de ayuda a sĆ misma o a los demĆ”s. Su visión de lo que le rodea se torna oscura, negativa y contaminada. Otra vez, puede parecer sana, pero en su interior corren torrentes de descontento, acidez y amargura.
Existe una ilustración que dice que no podemos evitar que los pÔjaros vuelen sobre nuestra cabeza, pero sà podemos evitar que hagan nidos sobre ella.
Querido lector, si al pensar en una persona, una institución, o recordar una circunstancia especĆfica sientes un volcĆ”n en tu corazón, y experimentas el mismo coraje que cuando por primera vez viviste el evento⦠es momento para meditar en el asunto. Dice la palabra que no permitamos que el sol se pose sobre nuestro enojo:
Efesios 4:26-27 Nueva Traducción Viviente
26 AdemÔs, «no pequen al dejar que el enojo los controle». No permitan que el sol se ponga mientras siguen enojados, 27 porque el enojo da lugar al diablo.
Es decir que El Señor reconoce que en ocasiones vamos a experimentar situaciones que nos dan coraje e incomodidad. Pero, cuando éstas se presenten, no permitamos que penetren y contaminen nuestra mente y nuestro corazón.
Si la amargura es un veneno para el alma, ĀæCuĆ”l es el remedio? La respuesta de Dios para resolver los conflictos y las heridas del pasado es el perdón. EL REMEDIO PARA LA AMARGURA ES EL PERDĆN. Cuando MoisĆ©s oró para que el agua amarga se tornara potable, Dios escuchó el clamor y la sanó. Lo que anteriormente era intomable, se volvió dulce al paladar. Satisfizo la sed del pueblo y le permitió al SeƱor recordarles que, siempre y cuando el pueblo permaneciera bajo Su Perfecta Voluntad, Ćl serĆa su sanador. En Su Bondad, JehovĆ” no sólo satisfizo las necesitades del pueblo en este momento, sino que les dirigió hacia un lugar donde habĆa no un manantial, sino ādoce fuentes de aguaā.
Cuando ponemos nuestro enojo, nuestro dolor, nuestra decepción y nuestros sentimientos negativos en manos del Dios Vivo, Ćl se encargarĆ” de sanar tu amargura y dirigirte por caminos de frescos manantiales.
NO ESPERES NI UN MINUTO MĆSā¦. Si necesitas perdonar a alguien este es el momento. No hace falta que lo sientas⦠Dios ha de honrar tu determinación de perdonar a quien te hizo mal. No sigas atado al poste de la amargura porque no puedes dejar ir tu dolor. Al desatarte y perdonar, serĆ”s libre. Recuerda que no hace falta que la otra persona te perdone. Ā”ESE ES SU PROPIO ROLLO! Ā”A tĆ sólo te toca perdonar!
REFERENCIAS ā
1) Comentario BĆblico de William MacDonald, Editorial Clie, 2004
2) Soci-Biblia, Pastor Julian Alvarez, https://www.socibiblia.org/post/hebreos-12-15-la-amargura-un-veneno-para-el-alma/510
4) Comentario BĆblico Beacon, Casa Nazarena de Publicaciones, 1984