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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

LA IMPORTANCIA DE COMPARTIR LAS BUENAS NUEVAS...




Medimos la importancia de las cosas, palabras o eventos, por sus actores y la importancia que ellos mismos les dan. El mismo día en que asciende a los cielos, poco antes de ir nuevamente al Padre, Jesús le da unas últimas instrucciones a los discípulos que durante tres años había capacitado para que su obra continuara entre los hombres.


Mateo 28:19-20 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

19 Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; 20 enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.


Por su lado, Marcos 16:15-16 Reina-Valera 1960 (RVR1960) dice:

15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. 16 El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.


Y finalmente, Lucas 24:46-47 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

46 y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día; 47 y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.


OBVIAMENTE, para Jesús el compartir las Buenas Nuevas de Salvación era (es) de Suma Importancia.


A todos nos agrada decirles a otros lo que nos gusta y lo que nos ha impactado. Siempre estamos listos a comentar una buena película, un libro interesante, o alguna canción que nos hizo estremecernos. ¿Por qué entonces nos es tan difícil compartir con otros las Palabras de Esperanza que cambiaron nuestras vidas? ¿Cómo es que sabiendo que sin este Evangelio comprado a precio de sangre, la gente a nuestro alrededor no vivirá en la eternidad, no sentimos la urgencia de propagarlo? ¿Cómo es que no sentimos que el mandato de Jesús nos compromete a cada uno de nosotros?


El Apóstol nos confronta en Romanos 10:14-15 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

14 ¿Cómo, pues, invocarán a aquel en el cual no han creído? ¿Y cómo creerán en aquel de quien no han oído? ¿Y cómo oirán sin haber quien les predique? 15 ¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: !!Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!


NOSOTROS...y no otros, somos enviados a predicar el evangelio para que todos escuchen y habiendo escuchado crean en el Señor y puedan invocar Su Nombre.


QUIERO COMPARTIR ALGUNOS PRINCIPIOS BÁSICOS ACERCA DE ESTA GRAN COMISIÓN:


  • EL EVENTO Y LOS PERSONAJES -

2 Reyes 7:3-9 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

3 Había a la entrada de la puerta cuatro hombres leprosos, los cuales dijeron el uno al otro: ¿Para qué nos estamos aquí hasta que muramos? 4 Si tratáremos de entrar en la ciudad, por el hambre que hay en la ciudad moriremos en ella; y si nos quedamos aquí, también moriremos. Vamos, pues, ahora, y pasemos al campamento de los sirios; si ellos nos dieren la vida, viviremos; y si nos dieren la muerte, moriremos. 5 Se levantaron, pues, al anochecer, para ir al campamento de los sirios; y llegando a la entrada del campamento de los sirios, no había allí nadie. 6 Porque Jehová había hecho que en el campamento de los sirios se oyese estruendo de carros, ruido de caballos, y estrépito de gran ejército; y se dijeron unos a otros: He aquí, el rey de Israel ha tomado a sueldo contra nosotros a los reyes de los heteos y a los reyes de los egipcios, para que vengan contra nosotros. 7 Y así se levantaron y huyeron al anochecer, abandonando sus tiendas, sus caballos, sus asnos, y el campamento como estaba; y habían huido para salvar sus vidas. 8 Cuando los leprosos llegaron a la entrada del campamento, entraron en una tienda y comieron y bebieron, y tomaron de allí plata y oro y vestidos, y fueron y lo escondieron; y vueltos, entraron en otra tienda, y de allí también tomaron, y fueron y lo escondieron. 9 Luego se dijeron el uno al otro: No estamos haciendo bien. Hoy es día de buena nueva, y nosotros callamos; y si esperamos hasta el amanecer, nos alcanzará nuestra maldad. Vamos pues, ahora, entremos y demos la nueva en casa del rey.


La historia se desarrolla durante un sitio realizado por Siria a Samaria bajo el liderazgo de Ben-Adad que causó tal hambruna que las Escrituras recogen que aún las madres comenzaron a comerse a sus hijos.


Ésto había sido profetizado en Deuteronomio 28:49-57 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

49 Jehová traerá contra ti una nación de lejos, del extremo de la tierra, que vuele como águila, nación cuya lengua no entiendas; 50 gente fiera de rostro, que no tendrá respeto al anciano, ni perdonará al niño; 51 y comerá el fruto de tu bestia y el fruto de tu tierra, hasta que perezcas; y no te dejará grano, ni mosto, ni aceite, ni la cría de tus vacas, ni los rebaños de tus ovejas, hasta destruirte. 52 Pondrá sitio a todas tus ciudades, hasta que caigan tus muros altos y fortificados en que tú confías, en toda tu tierra; sitiará, pues, todas tus ciudades y toda la tierra que Jehová tu Dios te hubiere dado. 53 Y comerás el fruto de tu vientre, la carne de tus hijos y de tus hijas que Jehová tu Dios te dio, en el sitio y en el apuro con que te angustiará tu enemigo. 54 El hombre tierno en medio de ti, y el muy delicado, mirará con malos ojos a su hermano, y a la mujer de su seno, y al resto de sus hijos que le quedaren; 55 para no dar a alguno de ellos de la carne de sus hijos, que él comiere, por no haberle quedado nada, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en todas tus ciudades. 56 La tierna y la delicada entre vosotros, que nunca la planta de su pie intentaría sentar sobre la tierra, de pura delicadeza y ternura, mirará con malos ojos al marido de su seno, a su hijo, a su hija, 57 al recién nacido que sale de entre sus pies, y a sus hijos que diere a luz; pues los comerá ocultamente, por la carencia de todo, en el asedio y en el apuro con que tu enemigo te oprimirá en tus ciudades.


Eliseo era entonces el Profeta de Dios.


Los personajes del relato son cuatro leprosos. En Levítico 13:45-46 y Números 5:1--4, nos relatan lo abominable que eran estos enfermos para el pueblo. La ley los obligaba a habitar solos, fueran de las ciudades, con sus vestidos rasgados y siempre pregonando que eran inmundos. La ley de Moisés los consideraba impuros. No tenían ni siquiera el consuelo de asistir al templo, ni recibir palabra de sostén.


  • PRINCIPIOS PARA RECORDAR:

  1. NO IMPORTA TU CONDICIÓN DE VIDA O CIRCUNSTANCIAS. De acuerdo a los estándares del mundo, nuestros cuatro "heraldos" seguramente eran los menos indicados para compartir las buenas nuevas. Gente rechazada, marginada y despreciados. ¿Abría algo bueno que ellos pudieran compartir?

  2. NO SE LE PREDICA SÓLO AL QUE ES FÁCIL DE QUERER Y NO SE LE PREDICA SÓLO AL QUE NOS HA HECHO BIEN. Los leprosos seguramente habían sido maltratados y humillados por los habitantes de Samaria. LA SALVACIÓN ES PARA TODOS.

  3. NO SE TOMA EN CONSIDERACIÓN SI EL MENSAJE VA A SER RECHAZADO O ACEPTADO. La probabilidad de que a los leprosos los escucharan sin echarlos a un lado era casi nula. Mas bien podían esperar ser apedreados para evitar que se acercaran a la ciudad.

  4. NO IMPORTA QUE CREAN O NO EL MENSAJE. Los versículos 11 y 12 nos dicen que el rey no creyó lo que los leprosos le habían dicho. Mas bien creyó que éstos eran parte de una conspiración para engañar al pueblo. La realidad es que nuestra responsabilidad es compartir el mensaje de la Cruz. El Espíritu Santo se encargará del resto.

  5. NO SE TOMA EN CONSIDERACIÓN EL RESULTADO DEL MENSAJE. Algunos hemos escuchado la historia del hombre a quien Dios le ordenó empujar una enorme roca. Aunque al principio lo hizo con empeño y en obediencia...muy pronto y al pasar de los días, comenzó a dudar. Empezó a escuchar la voz del enemigo cuestionando la sensatez de la instrucción que Dios le había dado. Esa piedra es muy grande y pesada para que la muevas...qué tonto gastaría su tiempo y sus energías en tratar de hacer lo que es imposible. Habrá un tonto más grande. No puedes, no sigas, desanímate porque has probado que no eres suficiente bueno, fuerte, no tienes tanta fe....Finalmente, el hombre se entristeció y comenzó a inquirirle al Señor. En serio Dios, por qué me pides algo que es imposible. He pasado meses empujando la gran piedra y no se mueve...Estoy cansado, entristecido y sin esperanza de que algo va a cambiar. Oyendo las quejas del hombre, el Señor le volvió a hablar. Hijo mío, por qué te preocupas por aquello que no te corresponde, por qué te abates escuchando otras voces que no son la mía. Yo te pedí que empujaras la piedra, ahora mírate tus brazos, ¿no son más fuertes que antes? Ahora puedes cargar y aguantar más peso que cuando comenzaste esta tarea. Así mismo, tus piernas tienen más vigor. Ahora estás más preparado para estar más tiempo de pie, caminar más aprisa y más firme. Cuando te dije que empujaras la piedra sabía lo que confiar en mí significaría. Nunca exigí que movieras tan grande roca. LA ROCA LA MUEVO YO!

  6. NO IMPORTA QUE RECIBAS O NO RECONOCIMIENTO O AGRADECIMIENTO. Después de entregar su mensaje, e independientemente de que el mismo acabó con la hambruna del pueblo; no volvemos a escuchar de los cuatro leprosos. No hay evidencia en la Palabra de que su acto desinteresado haya sido compensado. Probablemente siguieron en las afueras de Samaria todos sus días hasta su muerte.

  7. FINALMENTE, NO SUBESTIMES EL PODER DE TU TESTIMONIO.

"Hazme como Joe" (Tony Campolo)

“Joe era un borracho que milagrosamente se había convertido en una campaña de evangelización llevada a cabo en la Misión Bowery localizada en un barrio pobre de Manhattan, NY. Antes de entregarse al Señor, se había ganado la fama de ser un sucio borracho para quien no había esperanza. Pero después de su conversión a Cristo, todo cambió.


Joe se transformó en la persona más atenta del centro. Pasaba sus días y sus noches en la misión haciendo todo lo que era necesario. No había ninguna tarea que se le solicitara que él considerase indigna de hacer. Ya se tratara de limpiar el vómito dejado por algún alcohólico enfermo, o de limpiar los baños después de que los hombres los dejaran inmundos. Joe lo hacía todo con una sonrisa en los labios y un corazón agradecido. Se podía contar con él para dar de comer a hombres débiles que después de deambular en las calles ingresaban en la misión; y para desvestír y llevar a la cama a hombres que estaban demasiado perdidos como para cuidar de sí mismos.


Una tarde, después de que el director del lugar hubiera impartido un mensaje evangelístico a la usual multitud de hombres tristes y cabizbajos, uno de ellos levantó la mirada, se acercó al altar y se arrodilló para orar. El borracho arrepentido no dejaba de gritar...¡Oh Dios, hazme igual a Joe! ¡Hazme como Joe! ¡Dios hazme como Joe! Finalmente, el director se inclinó y dijo: “Hijo, sería mejor que oraras pidiendo ser como Jesús”. Después de pensar por unos momentos, el hombre levantó la vista con expresión inquisitiva y preguntó: “¿Él es igual a Joe?”.


¿CUANDO LA GENTE TE MIRA... ¿VEN A JESÚS EN TÍ? ¿Sientes el compromiso de que todos a tu alrededor escuchen el mensaje de Esperanza, de Salvación y Vida Eterna que fluye desde el Calvario? Hoy seamos como los leprosos, que no fueron egoístas con las bendiciones que ya tenían, sino que a pesar de que el pueblo no las merecían, se sobrepusieron a sus prejuicios y compartieron las buenas nuevas. Seamos como Joe, que acogió el mensaje de Jesús de compartir Sus enseñanzas y lo convirtió en una forma de vida. Qué los que nos conocen puedan decir como dijo aquel borracho converso...¡Yo quiero ser como Joe!

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