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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

EL MOTIVO DE NUESTRA PAZ...


Filipenses 4:7 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

7 Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.


Cuando se habla de la paz del mundo, siempre recuerdo a Sandra Bullock en su papel de agente del FBI, Marcy Hart, asignada a una investigación donde se tuvo que hacer pasar por una candidata a reina de belleza. Su papel de agente descuidada y poco refinada la lleva finalmente al momento en que el presentador le hace la pregunta final...¿qué desearías para el mundo? De forma natural ella contesta algo como..que haya más control de armas, o algo así. Un silencio absoluto le dejó saber cuál era la respuesta esperada...y con una gracia que arranca suspiros de aprobación de la audiencia, añade: y la paz mundial.


HABLANDO de la paz, me pregunto ¿cuántos de nosotros tenemos problemas en discernir lo que realmente es Paz, o mejor aún si verdaderamente tenemos claro la diferencia entre lo que significa estar en paz o tener Paz.


Estar en paz probablemente va directamente ligado a experimentar un balance entre lo que se anhela y lo que se puede obtener. De manera que para algunos estar en paz en tan sencillo como oir una buena música , leer un buen libro, o mirar un atardecer. Esta ilusión de paz depende de que nuestra idea de paz no sea obstaculizada. Dios libre...que suene el teléfono, haya que levantarse a cocinar para comer, o esté lloviendo una semana seguida, como suele pasar en Puerto Rico. En esos momentos es que comprendemos que no es lo mismo estar en paz, que TENER PAZ.


En su carta a los hermanos de Filipos, cuyo capítulo 4 versículo 7 hacemos mención; el apóstol Pablo comienza explicando que el componente principal de tener Paz y el único requisito de esa Paz proviene de Dios. Si lo pensamos un poco, realmente ésto "se cae de la mata", como diría mi abuelita. El hombre con sus vaivenes emocionales no podría ser el guardador de la Paz. Sólo Aquel que nos creó, Quien ordenó el universo y promete ordenar nuestros pasos (Salmos 37:23) ...es LA PAZ . Oye bien, no es sólo Quien provoca la Paz...ÉL ES LA PAZ.


Esa Paz que proviene de Dios, sobrepasa todo lo racional. No es compatible con la definición del mundo acerca de paz. La paz del mundo implica una ausencia de conflictos, un pensamiento positivo y la buena voluntad de lograr armonía a nuestro alrededor. Sin embargo, nada de eso es posible. Siempre tendremos conflictos, no solamente con quienes nos rodean, sino aún con nosotros mismos. Recuerdo al apóstol Pablo hablando acerca de lo que quería hacer, y lo que finalmente hacía (Romanos 7:15-21). Y es que nuestros sentidos, y nuestro deseo de satisfacerlos es tan fuerte que desear hacer lo correcto no es suficiente. Desear que algo se logre con nuestro pensamiento positivo tampoco es posible. Si esto fuera así no habría necesidad de dietas, ni ejercicios para tener el cuerpo de nuestros sueños. En fin, que el germen de la paz no se puede hallar en el hombre y tampoco se rige por las reglas establecidas por la sociedad. Esa Paz de la cual habla el apóstol y que proviene de Dios, no tiene sentido alguno sino para los que la experimentamos. Sólo hay que asistir a un funeral de un hijo de Dios. Los cánticos y la atmósfera de paz podrían confundir a cualquiera que no sepa que "los que hemos quedado" nos gozamos con la perspectiva de un encuentro con nuestro amado juntamente con NUESTRO AMADO.


Esa Paz de la cual estamos hablando, le da un cántico distinto a nuestro corazón. El apóstol lo describe como que "guarda nuestro corazón y también nuestros pensamientos. La presencia de Dios en nuestras vidas y la plena seguridad de que estamos escondidos en Su Amor, es suficiente para permitirnos dormir plácidamente cada noche. ¡Qué alivio tan grande saber que DIOS ESTÁ EN CONTROL!. Y si hemos creído en Su Amor...y si hemos creído en Su Misericordia, ¿no creeremos también en Su Cuidado? ¿No creeremos que nada puede llegar a nuestra vida que Él no permita? Y si Él lo permite, ¿no creeremos que lo hace con un propósito específico y para nuestro bien?


Jeremías 29:11 Reina-Valera 1960 (RVR1960)

11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis.


Entonces, si experimentamos diariamente el cuidado de Dios, ¿no será posible que nuestro corazón ya no se someta a las angustias y temores que puede producir la incertidumbre de la vida. ¿No nos parece que si nuestros pensamientos están guardados en La Paz de Dios, los conflictos interiores y con las personas que nos rodean serán pocos o ninguno?


¿ENTONCES, CUÁL ES EL MOTIVO DE NUESTRA PAZ?


Isaías lo describió 700 años antes de Jesús; en el capítulo 9:6-7 - "6 Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios Fuerte, Padre Eterno, Príncipe de Paz. 7 Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto".


El mismo Señor nos alienta diciendo en Juan 16:33 (RVR1960) -

33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.


Y el apóstol nos recuerda que Jesús "15 El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. 16 Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él. 17 Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten; 18 y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia; 19 por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, 20 y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz " (Colosenses 1:15-20).


JESÚS ES EL MOTIVO DE NUESTRA PAZ...Primeramente porque Dios El Padre, así lo ha dispuesto y segundo, porque Su Sangre le ha dado el derecho propio de ser nuestro Salvador, Redentor y NUESTRO PRÍNCIPE DE PAZ.


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