top of page
Buscar
Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

EL CUENTO DE LOS TRES CERDITOS...


Al lado de sus padres, tres cerditos habían crecido alegres en una cabaña del bosque. Y como ya eran mayores, sus papás decidieron que era hora de que cada uno construyeran su propia casa. Los tres cerditos se despidieron de sus papás, y fueron a ver cómo era el mundo.


El primer cerdito, el perezoso de la familia, decidió hacer una casa de paja. En un minuto la choza estaba ya hecha. Y entonces se fue a dormir.


El segundo cerdito, un glotón, prefirió hacer la cabaña de madera. No tardó mucho en construirla. Y luego se fue a comer manzanas.


El tercer cerdito, muy trabajador, optó por construirse una casa de ladrillos y cemento. Tardaría más en construirla, pero estaría más protegido. Después de un día de mucho trabajo, la casa quedó preciosa. Pero ya se empezaba a oír los aullidos del lobo en el bosque.


No tardó mucho para que el lobo se acercara a las casas de los tres cerditos. Hambriento, el lobo se dirigió a la primera casa y dijo: - ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré! Como el cerdito no la abrió, el lobo sopló con fuerza, y derrumbó la casa de paja. El cerdito, temblando de miedo, salió corriendo y entré en la casa de madera de su hermano. El lobo le siguió. Y delante de la segunda casa, llamó a la puerta, y dijo: - ¡Ábreme la puerta! ¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré! Pero el segundo cerdito tampoco la abrió y el lobo sopló y sopló, y la cabaña se fue por los aires. Asustados, los dos cerditos corrieron y entraron en la casa de ladrillos de su otro hermano. Pero, como el lobo estaba decidido a comérselos, llamó a la puerta y grito: - ¡Ábreme la puerta!¡Ábreme la puerta o soplaré y tu casa tiraré! Y el cerdito trabajador le dijo: - ¡Sopla lo que quieras, pero no la abriré!


Entonces el lobo sopló y sopló. Sopló con todas sus fuerzas, pero la casa ni se movió. La casa era muy fuerte y resistente. Asi que el lobo no tuvo más remedio que irse y olvidarse de comer cerditos ese día. Finalmente, los cerditos pudieron vivir tranquilamente.


AHORA VEAMOS LA VERSIÓN DE JESÚS…


Su enseñanza se encuentra en dos de los evangelios, en Lucas y en Mateo.

Lucas 6:46-49 Nueva Traducción Viviente

46 »Así que, ¿por qué siguen llamándome “¡Señor, Señor!” cuando no hacen lo que digo? 47 Les mostraré cómo es cuando una persona viene a mí, escucha mi enseñanza y después la sigue. 48 Es como una persona que, para construir una casa, cava hondo y echa los cimientos sobre roca sólida. Cuando suben las aguas de la inundación y golpean contra esa casa, esta queda intacta porque está bien construida. 49 Pero el que oye y no obedece es como una persona que construye una casa sobre el suelo, sin cimientos. Cuando las aguas de la inundación azoten esa casa, se derrumbará en un montón de escombros».


Mateo 7:24-27 Nueva Traducción Viviente

24 »Todo el que escucha mi enseñanza y la sigue es sabio, como la persona que construye su casa sobre una roca sólida. 25 Aunque llueva a cántaros y suban las aguas de la inundación y los vientos golpeen contra esa casa, no se vendrá abajo porque está construida sobre un lecho de roca. 26 Sin embargo, el que oye mi enseñanza y no la obedece es un necio, como la persona que construye su casa sobre la arena. 27 Cuando vengan las lluvias y lleguen las inundaciones y los vientos golpeen contra esa casa, se derrumbará con un gran estruendo».


Mateo llama a la persona que construye sobre la roca, sabio, y llama necio al que construye su casa sobre la arena. En ambos casos, el mensaje es CLARO… El Señor, no es Señor de desobedientes.


Recuerdo la primera vez que hice un flan de vainilla. Tenía como 15 años y lo hice para agradar a mi novio, ahora mi esposo desde hace 43 años. Mi querida tía Mercedes me dio su receta y me dijo que ella le echaba una pizca de sal. De dónde saqué yo que era una cucharadita de sal… ¿quién sabe? El hecho es que mi padre y mi abuelito se comieron aquello… y mi flamante novio lo escupió porque estaba muy salado. No seguí instrucciones y no me salió sabroso el flan. Así mismo en ocasiones queremos hacer…. Lo que queremos hacer y esperamos tener buenos resultados.


Jesús, Nuestro Salvador, era tremendo MAESTRO. El Capítulo siete de Mateo es parte de la enseñanza del Sermón del Monte.

Si recordamos nuestra Biblia, este discurso de Jesús frente a sus discípulos y a la muchedumbre, nos brinda la visión del Mesías acerca del verdadero discipulado. Desde el capítulo 5 de Mateo hasta el capítulo 7 inclusive, El Maestro se dedicó a enseñarles a los que allí se congregaron cuál es la visión correcta para vivir esta vida y asegurar la próxima.


Jesús va explicando quiénes son los dichosos… los bienaventurados. Hace “muchisísimos” años atrás, cuando estaba en escuela superior, una amiga un poco molesta, me dijo que para qué yo tenía tanto empeño en ir al cielo, si allí lo que había era un montón de gente llorando, pobres, hambrientos y flojos. Mi amiga estaba citando las famosas bienaventuranzas. Efectivamente, Jesús explica cuáles son las actitudes correctas ante las situaciones difíciles que se nos presentan en esta vida. Esta vida presenta retos diarios y la reacción de los que no conocen al Maestro es totalmente distinta a la de aquellos que lo amamos y servimos. El Señor insta en su mensaje a influenciar al mundo a nuestro derredor. Enseña acerca del cumplimiento de la ley dándole un giro especial…” Pero yo os digo”. La justicia de la cual habla Jesús, no es el mero cumplimiento de una norma o ley, es el SER más que el HACER. Es estar alerta acerca de nuestras motivaciones también. Por tanto, El Maestro nos presenta una justicia más elevada que la que el mundo exige. Porque El Maestro pretende cambiarnos de adentro hacia afuera. Hacer no porque se nos requiera… hacer en agradecimiento por lo que Él ha hecho y hará, por y con nosotros.


La parte más difícil de estos capítulos es cuando Jesús nos lanza el reto de amar, no tan solo al que nos ama, sino al que nos detesta. Aquel que nos desea mal… al que le caemos mal y lo deja saber, ¡UFF! ¡Qué difícil nos la puso ahora! Y después nos tira el último reto…

Mateo 5:48 Nueva Traducción Viviente

48 Pero tú debes ser perfecto, así como tu Padre en el cielo es perfecto.


Sin entrar en nada polémico acerca de esta enseñanza… la perfección de la cual habla El Maestro no es física, ni emocional, ni intelectual. La perfección tiene que darse en nuestra relación con Él. De forma tal, que sea el Espíritu Santo el que nos domine, nos dirija y nos redarguya. Que inmediatamente nos apartemos de las enseñanzas de Jesús, nuestro corazón y mente a la vez nos convoque, nos confronte y finalmente nos haga regresar a la voluntad de un Padre que ES PERFECTO.


El capítulo 7 da final al discurso de Jesús. Después de haber estado mucho tiempo hablando, enseñando y convocando, nos hace una advertencia. Todo lo que he dicho ES, pero de nada sirve si echan las enseñanzas a la basura, o “las perlas a los puercos”, como dice la Escritura. ¿Han tratado de armar uno de esos muebles que vienen con “sepetecientas” instrucciones? Cuán a menudo no queremos pasar el trabajo de leerlas, de estudiarlas y tratar de entenderlas. Entonces las echamos a un lado y terminamos con un mueble donde nos sobran varios tornillos. Si el que lo diseñó le puso las piezas necesarias para armar el mueble; ¿por qué habrá puesto unos tornillos que no parecen tener ninguna función? ¡HUM! Sospecho que uno de estos días el precioso mueble se desplome porque fallamos en ponerle todas las piezas correctamente. Así es nuestra vida… nos dice, les he dado lo necesario para construir, levantar una vida sólida en mí; pero si deciden levantarla sobre cualquier otra zapata (fundamento, roca, apoyo), no se extrañen cuando no logren alcanzar el “estado” de “bienaventurados” (felices) como es el anhelo de nuestro Padre Celestial. No se extrañen cuando al momento de la tormenta, tu casa entera se venga abajo.


El lobo en el cuento de los tres cerditos representa todas las situaciones difíciles a las cuales seguramente nos enfrentaremos en nuestra vida. Problemas de salud, física y/o emocional; problemas financieros, de relaciones con otros a nuestro alrededor, e incontables situaciones que nos roban la paz y la tranquilidad. Los tres cerditos tenían la misma oportunidad de fundar su casa sobre lo no perecedero, lo permanente, lo eterno. Pero dos de ellos prefirieron gastar su vida y su tiempo en lo pasajero, lo que les costaba menos esfuerzos y por supuesto, después sufrieron las consecuencias. El tercer cerdito tenía claro que quería que su casa estuviera sembrada, plantada en lo que dura, lo que es más importante… lo que trae seguridad desde aquí a la eternidad.


Hoy tienes que decidir sobre qué y quién debes construir tu vida. Recuerda que ¡LA ROCA, QUE ES CRISTO JESÚS, ES LA ÚNICA CON GARANTÍA DE AQUÍ A LA ETERNIDAD!





REFERENCIAS


¡- Comentario Bíblico Beacon, Ralph Earle, et al, Casa Nazarena de Publicaciones, 1985.



42 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page