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Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

EL AÑO DE LA LIBERACIÓN


Isaías 61:1 Nueva Traducción Viviente

61 El Espíritu del Señor Soberano está sobre mí, porque el Señor me ha ungido para llevar buenas noticias a los pobres. Me ha enviado para consolar a los de corazón quebrantado y a proclamar que los cautivos serán liberados y que los prisioneros serán puestos en libertad.


En Lucas 4:16-21 Jesús se apropia de esta profecía y anuncia que se ha cumplido. Es decir que, a través de Jesús, los pobres reciben buenas noticias, los que sufren son consolados y los prisioneros son puestos en libertad.


JESÚS VINO A TRAERNOS LIBERTAD –

Primeramente, vino a traernos libertad de nuestros pecados.

Juan 8:34-36 Nueva Traducción Viviente

34 Jesús contestó: —Les digo la verdad, todo el que comete pecado es esclavo del pecado. 35 Un esclavo no es un miembro permanente de la familia, pero un hijo sí forma parte de la familia para siempre. 36 Así que, si el Hijo los hace libres, ustedes son verdaderamente libres.


Efesios 1:6-7 Nueva Traducción Viviente

6 De manera que alabamos a Dios por la abundante gracia que derramó sobre nosotros, los que pertenecemos a su Hijo amado. 7 Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados.


SIN EMBARGO, algunos de nosotros no hemos podido experimentar la libertad emocional necesaria para sentir la presencia de Dios en toda Su plenitud.


POR ESO…este año nos proponemos seguir la receta para alcanzar esta preciada libertad.


DESPOJÉMONOS DE TODO PESO -

Hebreos 12:1 Nueva Traducción Viviente

12 Por lo tanto, ya que estamos rodeados por una enorme multitud de testigos de la vida de fe, quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante.


PABLO NOS HABLA DE DOS TIPOS DE CARGAS O IMPEDIMENTOS QUE ENTORPECEN LA CARRERA O EL CAMINO QUE TENEMOS POR DELANTE.


A) El peso del pecado que es quitado en el momento en que nos arrepentimos y aceptamos la Salvación en Cristo Jesús.

B) El otro peso es el que nos agobia y se interpone en el plan perfecto que Dios tiene para nosotros.


¿DE QUÉ ESTAMOS HABLANDO?

  • Preocupaciones

  • Temores

  • Ansiedad

  • Falta de fe

  • Ataduras (uso del alcohol, las drogas, los cigarrillos, la pornografía etc.)

Todo lo anterior impide que podamos vivir en la Plenitud de la Presencia de Dios. No hablamos de pecado necesariamente, sino de las cargas que continuamos llevando a los pies del Señor y no hemos permitido ser liberados de ellas. Una y otra vez volvemos a caer en ellas y parece que nunca podremos superarlas.


Hablando de los falsos maestros…

2 Pedro 2:19-22 Nueva Traducción Viviente

19 Prometen libertad, pero ellos mismos son esclavos del pecado y de la corrupción porque uno es esclavo de aquello que lo controla. 20 Y cuando la gente escapa de la maldad del mundo por medio de conocer a nuestro Señor y Salvador Jesucristo, pero luego se enreda y vuelve a quedar esclavizada por el pecado, termina peor que antes. 21 Les hubiera sido mejor nunca haber conocido el camino a la justicia, en lugar de conocerlo y luego rechazar el mandato que se les dio de vivir una vida santa. 22 Demuestran qué tan cierto es el proverbio que dice: «Un perro vuelve a su vómito». Y otro que dice: «Un cerdo recién lavado vuelve a revolcarse en el lodo».


Qué forma tan clara tiene La Palabra de explicarse a sí misma. Nadie puede ser libre si es controlado por algo o por alguien. El único que puede liberarnos de nuestra naturaleza de pecado es Cristo Jesús. Sin embargo, nosotros tenemos que tomar la decisión de decirle adiós a estas ataduras, estas cargas que entorpecen nuestro caminar dentro de la voluntad de Dios y por las cuales no podemos experimentar el gozo y la paz que Él compró a precio de sangre.


ES UNA DECISIÓN DE LA VOLUNTAD –

Acabamos de leer en Hebreos 12:1, que tenemos que despojarnos, de quitarnos, de liberarnos. Fíjate que menciona un verbo; una acción. Ciertamente necesitamos que El Salvador nos liberte del pecado, pero somos nosotros los que tenemos que seguir corriendo la carrera que tenemos por delante. Nosotros tenemos que querer abandonar nuestra atadura, nuestras cargas y creer que Jesús ha perdonado nuestros pecados y tiene el poder para sostenernos durante nuestras batallas. No podremos experimentar la preciosa liberación de nuestras emociones negativas, nuestras culpas y complejos, si no creemos que estas también fueron crucificadas en la cruz del Calvario. Por culpa de estas cargas que, innecesariamente cargamos, en muchas ocasiones nos sentimos abatidos y cansados.


EL PROCESO PARA ABANDONAR ESTAS CARGAS SUELE SER DOLOROSO –

Y es que a veces nos hacemos amigos del dolor. Lo convertimos en parte integral de nuestro carácter y de nuestra vida. Tener temor desmedido por el futuro, temor a fallar, a ser rechazado, a no saber qué hacer con nuestra vida y a tantos otros dilemas de vida. La lista es interminable. ¿Qué es lo que te angustia? ¿Qué es lo que te paraliza? ¿Qué es lo que te impide que seas restaurado completamente? Ese sentido de carga, temor, y/o atadura es lo que boicotea cualquier logro, sueño y deseo de superación que puedas tener.


LA PREGUNTA ES… ¿QUIERES SER SANO?

A Jesús le encantaba hacer esta pregunta…

Juan 5:1-6 Reina-Valera 1960

5 Después de estas cosas había una fiesta de los judíos, y subió Jesús a Jerusalén. 2 Y hay en Jerusalén, cerca de la puerta de las ovejas, un estanque, llamado en hebreo Betesda, el cual tiene cinco pórticos. 3 En estos yacía una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, que esperaban el movimiento del agua. 4 Porque un ángel descendía de tiempo en tiempo al estanque, y agitaba el agua; y el que primero descendía al estanque después del movimiento del agua, quedaba sano de cualquier enfermedad que tuviese. 5 Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo. 6 Cuando Jesús lo vio acostado, y supo que llevaba ya mucho tiempo así, le dijo: ¿Quieres ser sano?

Jesús sabía que la sanidad conllevaría un cambio radical en la vida de este hombre. De pronto tendría que trabajar, buscarse su sustento sin depender de la caridad de otros. En resumen… sería responsable de su vida.


CUANDO NOS DESPOJAMOS DEL PESO QUE NOS AGOBIA…podemos entonces decir como el profeta Isaías:

Isaías 35:3-4 Nueva Traducción Viviente

3 Con esta noticia, fortalezcan a los que tienen cansadas las manos,

y animen a los que tienen débiles las rodillas. 4 Digan a los de corazón temeroso: «Sean fuertes y no teman, porque su Dios viene para destruir a sus enemigos; viene para salvarlos».


¿QUÉ NOTICIA?

Que Cristo es nuestra esperanza de restauración, nuestra eternidad; que Él continúa en control y tiene la respuesta a nuestra necesidad.


ENTONCES… en Él hay gozo, ánimo y dirección para nuestra vida. No hay por qué temer pues Él viene para salvarnos y liberarnos de nuestros enemigos.


ENTONCES… si queremos ser sanos, Él nos promete:

Isaías 42:16 Nueva Traducción Viviente

16 Guiaré al ciego Israel por una senda nueva, llevándolo por un camino desconocido. Iluminaré las tinieblas a su paso y allanaré el camino delante de ellos. Ciertamente yo haré estas cosas; no los abandonaré.


ILUSTRACIÓN -

Un hombre dormía en su cabaña, cuando de repente una luz iluminó la habitación y apareció Dios. El Señor le dijo que tenía un trabajo para él, y le enseñó una gran roca frente a la cabaña. Le explicó que debía empujar la piedra con todas sus fuerzas.

El hombre hizo lo que el Señor le pidió, día tras día. Por muchos años, desde que salía el sol hasta el ocaso, el hombre empujaba la fría piedra con todas sus fuerzas... y esta no se movía. Todas las noches el hombre regresaba a su cabaña muy cansado y sintiendo que todos sus esfuerzos eran en vano.

Satanás decidió entrar en el juego trayendo pensamientos a la mente del hombre: "Has estado empujando esa roca por mucho tiempo, y no se ha movido".

Le dijo que la tarea que le había sido encomendada era imposible de realizar y que él era un fracaso. Estos pensamientos incrementaron su sentimiento de frustración y desilusión.

Satanás le dijo: "¿Por qué esforzarte todo el día en esta tarea imposible? Solo haz un mínimo esfuerzo y será suficiente".

El hombre pensó en poner en práctica esto, pero antes decidió elevar una oración al Señor y confesarle sus sentimientos: "Señor, he trabajado duro por mucho tiempo a tu servicio. He empleado toda mi fuerza para conseguir lo que me pediste, pero aun así, no he podido mover la roca ni un milímetro.

¿Qué pasa? ¿Por qué he fracasado? "

El Señor le respondió con compasión: "Querido hijo, cuando te pedí que me sirvieras y tú aceptaste, te dije que tu tarea era empujar la roca con todas tus fuerzas, y lo has hecho. Nunca dije que esperaba que la movieras. Tu tarea era empujar.

Ahora vienes a mí sin fuerzas a decirme que has fracasado, pero ¿en realidad fracasaste? Mírate ahora, tus brazos están fuertes y musculosos, tu espalda fuerte y bronceada, tus manos callosas por la constante presión, tus piernas se han vuelto duras.

A pesar de la adversidad, has crecido mucho y tus habilidades ahora son mayores que las que tuviste alguna vez. Cierto, no has movido la roca, pero tu misión era ser obediente y empujar para ejercitar tu fe en mi. Eso lo has conseguido. ¡LA PIEDRA LA MUEVO YO!


¡SÓLO ÉL MUEVE LAS GRANDES ROCAS EN NUESTRA VIDA!


ENTREGUEMOS NUESTRAS ATADURAS Y TODO LO QUE IMPIDE QUE VIVAMOS UNA VIDAA VICTORIOSA DELANTE DE DIOS. SIGAMOS EMPUJANDO DÍA A DÍA CON NUESTRAS ORACIONES Y NUESTRO FIRME PROPÓSITO DE NUNCA “QUITARNOS”, NUNCA DESMAYAR, NI DARNOS POR VENCIDOS…

¡LO DEMÁS LO HARÁ ÉL!




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