top of page
Buscar
Foto del escritor Liliana Méndez Ebra

BOGANDO MAR ADENTRO...


Basado en Lucas 5:1-11


Lucas 5:1-11 (RVR60)

5 Aconteció que estando Jesús junto al lago de Genesaret, el gentío se agolpaba sobre él para oír la palabra de Dios. 2 Y vio dos barcas que estaban cerca de la orilla del lago; y los pescadores, habiendo descendido de ellas, lavaban sus redes. 3 Y entrando en una de aquellas barcas, la cual era de Simón, le rogó que la apartase de tierra un poco; y sentándose, enseñaba desde la barca a la multitud. 4 Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. 5 Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. 6 Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. 7 Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. 8 Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante Jesús, diciendo: Apártate de mí, Señor, porque soy hombre pecador. 9 Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de todos los que estaban con él, 10 y asimismo de Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas; desde ahora serás pescador de hombres. 11 Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.


Esta porción también aparece en Mateo 4:18-22 y Marcos 1:16-20. Sin embargo, estos últimos sólo hacen mención del llamamiento de los primeros cuatro discípulos, Simón y Andrés, su hermano; y Jacobo y Juan, hijos de Zebedeo.

Lucas es el único que identifica el cuerpo de agua donde ocurre este evento como el Lago de Genesaret. Este lago también se conoce como el Mar de Galilea, y en otras ocasiones se le llama el Mar de Tiberias. Se trata de un lago inmenso de agua dulce a más de doscientos diez metros bajo el nivel del mar que servía como la fuente principal de agua y comercio para la región de Galilea.

Nos cuenta Lucas desde el capítulo anterior, que Jesús había estado recorriendo Galilea y la gente quería retenerle en el área. Después de predicar hasta en las sinagogas, lo encontramos junto al lago Genesaret mientras un gentío lo rodeaba porque querían oír la palabra de Dios. Me impacta este comentario del apóstol pues contrasta con nuestro tiempo en donde la gente parece ser totalmente indiferente e inmune a la Palabra del Dios Vivo. Dios permita que la comezón de escuchar y escudriñar Su Palabra nos contagie tal y como en nuestros tiempos las personas se contagian con el COVID-19.

Jesús encuentra a los pescadores de dos barcas a la orilla del lago. Se nos dice que estaban lavando sus redes. Por lo que sabemos, y posteriormente sabemos por Simón Pedro, estos pescadores habían estado trabajando toda la noche. Los comentaristas explican en sus estudios que usualmente lo peces que permanecían cerca de la orilla se desplazaban durante las horas del día hacia la parte mas honda del lago. Por esta razón, los pescadores echaban sus redes y pescaban de noche.

Vemos a Jesús en el vs. 3, entrando a una de esas barcas, que dice Lucas pertenecía a Simón. Simón era un nombre muy común entre los judíos en la época de Jesús. Posiblemente en recordación de un héroe en la rebelión de los Macabeos en el siglo 2 a.C. Recordemos que después El Maestro le dio el sobrenombre de Pedro, una palabra griega que significa piedra “petros”.

No tenemos constancia de que Jesús y Pedro se conocieran. Imaginamos que se habían visto en algún momento, y sin duda Pedro tendría que haber oído acerca de la fama de Jesús en la comarca. Sin embargo, ese versículo 3 nos dice que Jesús, no sólo se montó en la barca, sino que le pidió a Simón Pedro que la apartara de la orilla. Recuerdo un querido hermano en Cristo, que siempre comentaba que JESÚS ES UN CABALLERO. Aquí vemos al dueño de todo…como Juan dice en el capítulo 1 de su evangelio…” Todas las cosas por el fueron hechas y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho” (Juan 1:3); que “le rogó a Pedro…” que apartara la barca de la orilla. El Señor jamás irrumpirá en nuestra vida sino es porque se lo pedimos. Dios Creador no utiliza Su Poder para obligarnos a aceptar Su bondad y Su Salvación, aunque en esta decisión o falta de ella se nos vaya la vida…. No se nos dice la respuesta de Simón Pedro, pero la acción de Jesús de ingresar a la barca nos sugiere que éste asintió a la petición del Maestro de subirse a la barca.

Y entonces, Jesús convirtió la barca de Pedro en Su púlpito. ¿Qué tienes en tus manos para servir al Señor? Jesús utilizó lo que Simón tenía en sus manos, su barca. El Maestro no desaprovechó la oportunidad de predicar El Evangelio de la Buenas Nuevas de Salvación a la multitud que siguiéndole se interesaba por escucharlo.

Ciertamente, lo primero que necesitamos para ser utilizados por y para El Señor es poner en sus manos todo cuanto somos y todo cuanto tenemos.

Entonces Jesús le da a Simón otra instrucción. BOGA MAR ADENTRO…y vuelve a echar las redes. ¡OH MY GOD!, ¿en serio Jesús? Hemos estado trabajando toda la noche…y no hemos pescado ni una sardina. Por cierto, Jesús, con todo respeto, ¿Cuántos años llevas pescando en el lago?... Todo este razonamiento puede haber pasado por la mente de Simón Pedro y de su ayudante, pero lo que sí sabemos es lo que él hizo, su conducta, su acción. Simón Pedro reconoció la autoridad de Jesús, y le obedece porque de alguna forma intuyó que la orden de Jesús se basaba en Su Deidad y Su Palabra y no en su experiencia como pescador.

Los estudiosos indican que en este lago se utilizaban redes especiales para la pesca de orilla. En esta clase de pesca una punta de la extensa red se ataba a la costa y la otra a la barca. Los pescadores se suponía que entonces remaban en semicírculo, comenzando y terminando en la costa.

PERO JESÚS LOS RETÓ…A BOGAR MAR ADENTRO…

¿Qué significa remar mar adentro?


  • Remar mar adentro significa no desanimarnos por todos los esfuerzos infructuosos de nuestras experiencias pasadas.

  • Significa, descansar en que todos los planes del Señor son para bendecirnos, como dice: Jeremías 29:11 – “11 Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis”.

  • Remar mar adentro es someternos a la voluntad del Padre y ser obedientes. Simón Pedro sabía que Jesús no era pescador, así que cuando recibió la orden de echar las redes mar adentro, su decisión de obedecer descansó en la Autoridad del Maestro; Su control sobre todos y todo; y Su Divinidad.

  • Significa profundizar en nuestra relación con el Señor. Muchas veces nuestra vida diaria y los quehaceres de este mundo desvían nuestra mirada y nuestro norte. Nos olvidamos de que, establecer Pacto con Jesús es mucho más que asistir a los cultos, dar el diezmo y utilizar el lenguaje característico de la iglesia. El Pacto requiere conocer a nuestro Dios, reconocer Su Señorío sobre nuestra vida y someternos a Su Dirección de aquí a la eternidad.

  • Remar mar adentro es adoptar una nueva perspectiva…la perspectiva del Reino. Mirar a nuestro alrededor y ver en cada persona un hermano en potencia, un miembro de la familia de Dios en potencia.

El versículo 5 entonces es el resultado de la obediencia de Simón Pedro al mandato de Jesús de echar las redes…esta vez bajo la dirección del Maestro. Dice Lucas que el apóstol y su ayudante, no sólo pescaron algún pez, sino que abarrotaron sus redes hasta el punto de requerir la ayuda de un segundo barco. Y ésto, sin duda es representativo de lo que nos ocurre cuando servimos al Señor obedientemente. Nosotros somos bendecidos, y a través de nuestras acciones, los que nos rodean lo son también.

Lucas relata la reacción de Simón Pedro ante la pesca milagrosa. Dice que éste se dio cuenta de su condición pecaminosa ante el reconocimiento de Jesús como Señor. No podemos bogar mar adentro sin antes tener ese encuentro personal con nuestro Creador. Una vez que somos confrontados con nuestra humanidad, nuestra fragilidad, y nuestra incapacidad para tomar decisiones que tienen trascendencia eterna, es necesario decidir si Jesús se convierte o no en NUESTRO SEÑOR. De ser sólo criaturas de un Dios amoroso, pasamos a ser coherederos a través de nuestro Salvador Cristo Jesús.

Ante la actitud de sometimiento y arrepentimiento de Simón Pedro, Jesús le revela el único camino posible…” serás pescador de hombres”. Pedro había pasado por diferentes etapas. Aceptó a Jesús en su barca (su vida, su corazón); y siguió Su orden de bogar mar adentro y de echar nuevamente las redes (obediencia).

PERO ESTO NO ERA Y NO ES SUFICIENTE. Jesús dirigió a Pedro y a los otros tres discípulos a bogar mar adentro. Su mensaje nos ayuda a entender lo importante que resulta profundizar en la experiencia de Salvación y desarrollar una íntima relación con El Padre. La meta final, no es solamente que nosotros seamos bendecidos y dirigidos hacia la vida eterna, sino podernos convertir en “pescadores de hombres”. Somos comisionados a convertirnos en instrumentos para alcanzar a otros que también serán llamados al camino.

HOY EN DÍA, el llamado del Maestro para nosotros sigue siendo el mismo. Profundizar en nuestra relación con El Señor que ciertamente incluye ser comisionados y plantados donde quiera que Dios nos dirija.

Y NUESTRA RESPUESTA tiene que ser la misma de Simón Pedro y los otros tres recién llamados discípulos en el versículo 11…” Y DEJÁNDOLO TODO…LE SIGUIERON”.

REFERENCIAS –

1- Biblia de Estudio MacArthur, Grupo Nelson, 2015

2- Comentario Bíblico Beacon, Casa Nazarena de Publicaciones, 1983

3- Biblia del Diario Vivir, Editorial Caribe, 1997

4- Comentario Bíblico de William MacDonald, Editorial Clie, 1992

139 visualizaciones0 comentarios

Entradas recientes

Ver todo

Comments


bottom of page